Equipo Empresas
En una reunión, que se prolongó por alrededor de tres horas, sesionó ayer el directorio de la Asociación de Supermercados de Chile (Asach). Si bien se trataba de una cita ordinaria, donde comúnmente se debaten temas de gremio, esta vez hubo un punto que generó un debate entre los asistentes, entre los que se encontraban Susana Carey, presidenta de la ASACH; Juan Rendic, socio de SMU; Gonzalo Valenzuela, gerente de asuntos corporativos de Walmart y Cristóbal Irarrázabal, gerente general corporativo de Tottus.
Se trató de la participación del organismo en la mesa de diálogo convocada por el ministro de Economía, Pablo Longueira, para mejorar la relación entre supermercados y sus proveedores, todo esto a partir del conflicto entre SMU y la Asociación Gremial de Industrias Proveedoras (AGIP).
En particular, el foco de la discusión fue cómo enfrentarán esta convocatoria, en una cita donde sólo se invitó a los gremios para tratar una materia que es netamente de relación comercial y que tradicionalmente se realiza uno a uno, es decir, entre cada supermercado y sus proveedores, según indicaron en la industria.
Llamado que también rompería -a juicio de fuentes supermercadistas- el espíritu con el cual fue lanzada el año pasado la Guía de Gremios por parte de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), organismo que depende de Economía, y donde -entre otros temas- orienta a estas agrupaciones a evitar prácticas anticompetitivas que tengan relación con que los miembros asociados a estas entidades no se pueden concertar, o poner de acuerdo en reuniones para llevar posiciones conjuntas en temas comerciales sensibles.
Molestia
Asimismo, al interior de la Asach señalan que este conflicto se reduce a sólo un supermercado: SMU. Incluso en la industria deslizan cierta molestia, ya que dos de los miembros de la asociación -como es el caso de Walmart y Cencosud- zanjaron sus diferencias con los proveedores e incluso llegaron a un acuerdo de buenas prácticas que fue visado por la FNE.
De hecho, fueron tomados en cuenta en 2011 por SMU cuando propuso al Tribunal de la Libre Competencia (TDLC) la adopción de un código de regulación en términos similares a los de Cencosud, como parte del plan de medidas de mitigación en el marco de la fusión entre SMU y Supermercados del Sur (SdS).
La propuesta de SMU estuvo basada en el acuerdo al cual llegó en 2008 Cencosud y la FNE, que estableció un plazo de pago máximo de 30 días a todos aquellos proveedores que facturen hasta un máximo total de 25.000 UF al año, por ejemplo.
Estos documentos llamados Términos y Condiciones de Generales de Aprovisionamiento” (TCGA), nacieron luego del avenimiento entre la FNE y D&S (hoy Walmart) y Cencosud para regular la relación y condiciones de pago con los proveedores.
También, el avenimiento contempla que los TCGA sean públicos para el fácil acceso de todos los proveedores y para los que en el futuro deseen serlo y para esto la supermercadista debe exhibirlo en su sitio web.
Los TCGA dan cuenta, en general, de los aspectos comerciales, logísticos, operacionales y financieros aplicables a la relación de la compañía con los proveedores y, en particular, de las transacciones y los correspondientes cobros entre la supermercadista y los proveedores no pudiendo estipularse otras transacciones y cobros que los que ahí contemplados.
Nuevos reclamos
Por su parte, ayer el vicepresidente ejecutivo de la Cámara de la Industria Cosmética de Chile, Álvaro Márquez, señaló que “estas prácticas de algunos supermercados afecta a todo tipo de proveedores. “En nuestra asociación hay más de 29 empresas, de distintos tamaños, y las consecuencias en los atrasos tienen múltiples efectos en los flujos de caja, en el pago de impuestos, en el pago de sueldos y en decisiones de inversión”, enfatizó.