Sequía se toma el 73% de los terrenos agrícolas de alta calidad y merma proyectos productivos
Gremios reconocen que no hay disponibilidad para inversiones. En Coquimbo productores tienen una deuda consolidada por cerca de US$ 1.600 millones.
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Fuerte impacto ha tenido la sequía, que se arrastra desde 2009, en los sectores agrícolas del país, lo que ahora se está traduciendo en un freno en nuevas inversiones productivas en zonas que antes eran consideradas de alta calidad.
Un estudio realizado por Arenas & Cayo, estableció que el 73% de este tipo de suelos, están potencialmente afectados por la sequía, lo que equivale a hablar de cerca de 352 millones de hectáreas.
Según explica el gerente general de la firma de tasaciones y servicios inmobiliarios, Teodosio Cayo, este análisis incluye la clasificación de los suelos agrícolas del país del Servicio de Impuestos Internos (SII), así como una clasificación de tipo de suelo para cultivos, contrastado con la información de las comunas más afectadas por la sequía.
"La sequía ha empezado a impactar la capacidad productiva del país, la que ha disminuido respecto de cuando no estaba esta condición de falta de agua", dice Cayo.
A su juicio, aunque los suelos agrícolas tienen un comportamiento estable, han notado que no hay nuevos proyectos productivos en áreas como los sectores de secano, desde Atacama a Valparaíso, en zonas de alta producción como el valle de Copiapó, Elqui o San Felipe.
"Los proyectos agrícolas se han visto paralizados, estancados, afectando el potencial productivo del país. Estas iniciativas son de largo plazo y, bajo esta situación, es difícil que comiencen nuevas inversiones", explicó.
Fuerte endeudamiento
Juan Carolus Brown, presidente de Fedefruta, aterriza esta situación en Coquimbo, donde dice que para los productores de esa zona es muy complejo pensar en invertir. De acuerdo a información de este gremio, de las 121 mil hectáreas de superficie plantada en la región, el 60% han dejado de ser regadas a causa de la sequía.
Según Brown, la fruticultura, que sólo en la IV Región ha provocado la desaparición de 32 mil hectáreas de frutales, es el rubro más perjudicado.
Las pérdidas económicas en huertos, instalaciones y capital de trabajo invertidos, se aproximan a los
US$ 1.000 millones, explican en el gremio.
Otro efecto de este fenómeno es el endeudamiento de los productores, el que ya llega a US$ 1.600 millones, donde en muchos casos el pago no ha sido posible dada la baja en la actividad. De hecho, ya empezaron los remates a agricultores.
"El escenario es muy complejo y hay que distinguir si el productor tiene la certeza de que va a tener agua. Es decir, si está en una zona donde la posibilidad de agua es remota, como en la región de Coquimbo, invertir se hace bien difícil", dice Brown, lo que demuestra matices con otras zonas -como por ejemplo en Valparaíso-, donde se pueden buscar mecanismos para contar con el recurso, como turnos en los ríos.
Cayo agrega que la situación es especialmente dramática en zonas donde se depende de ríos específicos, como los valles de Limarí o el Choapa.
Otro efecto que se ha derivado de la sequía es en el valor de los terrenos, donde -según información de la consultora- los con disponibilidad de agua han subido entre 20% y 30% en los últimos tres años, en comparación con terrenos de similar calidad, pero que no disponen de agua, en similares ubicaciones.
Envíos lácteos cayeron 48% en marzo por sequía
No ha sido un año fácil para la industria lechera local. La sequía ha golpeado a los productores, quienes para alimentar a las vacas han tenido que hacer frente a la falta de agua usando el forraje que tenían destinado para el invierno.
Michel Junod, gerente de Aproleche Osorno, señala que la sequía les afecta fuertemente porque "no tenemos riego, dependemos de las lluvias para generar praderas, a diferencia de otras áreas productivas". En ese escenario, explica que muchas inversiones se postergan, especialmente las que dicen relación con el desarrollo de masas. Así, han debido vender vacas porque no se les puede alimentar y, al mismo tiempo, los productores están lejos de pensar en comprar.
"Este hecho va a limitar la producción lechera del próximo año seriamente", sostiene. En paralelo, Guillermo Iturrieta, gerente general de Exporlac, explica que "marzo fue un mes de muy bajas exportaciones de lácteos, no solo producto de la sequía sino también por los precios internacionales que están en el suelo".
Cuenta que durante el tercer mes de este año, los envíos lácteos cayeron un 48% comparado con el mismo mes del año pasado, llegando a los US$17,7 millones. En el primer trimestre se registraron exportaciones por US$63,7 millones, cifra que implica una merma de US$14 millones respecto del mismo lapso del año pasado e implica una caída del 18%. El tipo de cambio ha ayudado un poco, dice Iturrieta, pero se necesitaría un dólar en $800 para tener el mismo retorno en pesos que había a esta altura del ejercicio pasado.