Durante 25 años, la consultora Edelman ha medido la percepción ciudadana de gobiernos, ONG, empresas y medios de comunicación a través de su Barómetro de Confianza. Este año, por primera vez, se presentarán los resultados en Chile, y aun cuando no somos parte de los 28 países medidos, hay lecciones que pueden servir para reconstruir relaciones de confianza en los ámbitos público, empresarial y ciudadano.
Así al menos lo planteó la CEO de Edelman para América Latina, Mariana Sanz, quien en conversación con DF adelantó lo que será parte de su exposición en el seminario anual de la Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos (USEC) este jueves.
“En América Latina, de las cuatro instituciones que medimos solo las empresas son vistas como instituciones competentes y éticas. Eso quiere decir que algo hemos hecho bien”, dijo Sanz.
Asimismo, el Barómetro mostró que en la región hay un alto nivel de confianza de los colaboradores hacia las empresas. “Hoy, por ejemplo, en México hay un nivel de confianza en los empleadores de 81%, 79% en Colombia, 77% en Brasil y 75% en Argentina. Eso quiere decir que en quien más están confiando hoy los ciudadanos es en su empleador. Esa es, por un lado, una enorme responsabilidad, pero por otro es una enorme oportunidad desde el empresariado de poder hacer algo por disminuir este nivel de sensación de agravio”.
- Este año la edición del Barómetro de Confianza se llamó “La crisis del agravio”. ¿Qué significa?
- Lo que queremos explicar con eso es la sensación que tenemos los ciudadanos como de un poco de desolación, de sentir que el sistema no nos está funcionando y que las instituciones no están siendo capaces de resolver los problemas que más nos preocupan. Es una tendencia que estamos identificando a nivel mundial. En América Latina, dos de cada tres personas se sienten agraviadas por el actuar de las empresas, del Gobierno y de las personas más ricas. Hay esa sensación de que el sistema está ayudando a alguien más y yo me estoy quedando por fuera, que las acciones de las empresas y el Gobierno de alguna manera hasta me están perjudicando. El 65% de las personas nos están diciendo que su sentimiento de agravio es moderado o alto.
Alza en polarización
- ¿Y cómo se relaciona esto con la polarización que vemos en la región? Algo que ustedes ya mencionaron en estudios anteriores.
- Hace dos años, de hecho, el Barómetro se llamaba “Viviendo y navegando en un mundo polarizado”. Y he de decirte que América Latina es la región que salió como la más polarizada del mundo. En aquella ocasión, en 2023, Argentina era el país más polarizado de los que medimos.
Lo que nos está diciendo esto es que hoy los ciudadanos estamos teniendo una enorme incapacidad de sentarnos a dialogar. Hay un dato muy importante en el Barómetro de este año, y es que en América Latina tres de cada 10 personas están encontrando en el activismo hostil un medio para impulsar cambios. Es decir, el 30% está diciendo que está de acuerdo con que podamos atacar a personas en Internet o difundir desinformación intencionalmente, amenazar o cometer actos de violencia o dañar propiedad pública o privada. Y en los jóvenes, en el grupo de 18 a 34 años, este número sube a 40%. Lo que nos pasa es que no estamos encontrando solución ni espacio en las instituciones que tradicionalmente se encargaban de resolver esto.
“La desconfianza en la región está muy arraigada en las poblaciones de ingresos más bajos”.
- En Chile estamos en un año electoral que está marcado justamente por la polarización. ¿Qué importancia tiene contar con liderazgos más conectados con la ciudadanía?
- Usaste una palabra que es fundamental: la cercanía. Lo que nos ha pasado en estos últimos años y que lo hemos podido identificar en el Barómetro es que estamos sintiendo a estos líderes muy lejos. Te voy a dar un dato que es interesante quizás para Chile, aprendiendo de lo que pasó el año pasado en el resto del mundo. En 2024, de los países que medimos, 13 tuvieron elecciones muy importantes y solamente en dos de ellos vimos que creció la confianza: Sudáfrica y Argentina. Lo que quiere decir esto es que el cambio en los gobiernos no está siendo suficiente para que los niveles de confianza crezcan otra vez.
Quizás otro dato interesante tiene que ver con cómo la desconfianza en América Latina está muy arraigada en las poblaciones de ingresos más bajos. Medimos durante todos estos años los niveles promedio de confianza entre los grupos de ingresos altos versus los de ingresos bajos y en promedio en la región esa brecha es de 12 puntos, muy grande.
Pero regresando a tu pregunta, van gobiernos de derecha, de izquierda y esa brecha se mantiene en ese mismo espacio. Más allá de en qué parte del espectro político estén parados los candidatos, tenemos que buscar y estar más cerca de lo que nos están pidiendo los ciudadanos. Nos están pidiendo que los veamos más, que los escuchemos más, que estemos más presentes y que verdaderamente tomemos acción más allá de lo que estamos diciendo.