La naviera danesa Moeller-Maersk, que este mes abandonó la estrategia de comprar nuevas embarcaciones y apuesta por crecer absorbiendo a rivales más pequeñas, ha puesto su mirada en dos competidoras coreanas: Hanjin y Hyundai Merchant Marine.
La primera se declaró en quiebra el mes pasado y a principios de septiembre sufrió una fuerte caída en la bolsa de Seúl. La segunda está en un programa de reestructuración de deuda con sus acreedores. Ambas necesitan un socio fuerte y Maersk, la empresa más grande del mundo, es quizá el único rival con la capacidad financiera de realizar una transacción de este tipo, estimó David Kerstens, analista de transporte de Jefferie.
Hace una semana, el director de la firma, Michael Pram Rasmussen, reveló que el objetivo es dejar de inundar el mercado con nuevos buques “cuando ya hay demasiados”.
Maersk, que controla el 15% de la capacidad de transporte de contenedores del mundo, se ubica tercera en el comercio transpacífico por lo que comprar Hanjin y Hyundai duplicaría su cuota de mercado en esa ruta.
La compañía, que no ha llevado a cabo una gran compra en más de una década, está en alianza con la segunda mayor empresa del mundo, Mediterranean Shipping, mientras que Hyundai está en conversaciones para unirse a la operación.
Después de años de exceso de capacidad y caídas en las tasas de flete, la industria de transporte de contenedores requiere consolidarse para afrontar una desaceleración en el crecimiento del comercio mundial.
