Economía

Oposición en Brasil afina gobierno de transición y Rousseff pide pacto nacional

La presidenta criticó a Lula y dijo que, de evitar el impeachment, habrá “un diálogo con todos los actores”.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Jueves 14 de abril de 2016 a las 04:00 hrs.
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La reja que divide la explanada de césped frente al Parlamento de Brasil desde el lunes da cuenta de los ánimos al interior del recinto: un grupo acusa a la presidenta Dilma Rousseff de crímenes políticos y, del lado contrario, otro denuncia una conspiración y hasta un golpe de estado.

Mientras tanto, ambos bandos están con la calculadora en la mano a días de la votación sobre el impeachment, este domingo. De los 513 diputados, al menos 284 votarían a favor de un juicio político contra la mandataria, según los sondeos más conservadores. Para que el proceso avance, se requieren 342. En tanto, Rousseff tiene a su favor al menos 110 votos, pero necesita 172.

Esperanzada de convencer a los indecisos, la mandataria habló ayer con un grupo de periodistas, a quienes aseguró que, de conseguir una victoria, ofrecerá “un proceso de diálogo amplio, un pacto con todos los actores”, incluida la oposición, los trabajadores y los empresarios.

Rousseff también tomó distancia del ex presidente Lula da Silva, quien, durante estas semanas, actuó como uno de sus principales lobistas en el Parlamento. La presidenta respondió preguntas sobre un supuesto giro a la izquierda en su gobierno, que habría liderado el ex mandatario. “Él puede decir lo que quiera, porque está fuera del gobierno. Cuando fue presidente, (Lula) tuvo un comportamiento y afuera tiene otro. Yo no puedo defender mis posiciones personales porque una parte de la población no las aprueba”.

Sus declaraciones buscaban acercarla a los diputados indecisos y los que no han dicho cómo votarán, cuyo número varía, según la encuesta, entre 82 y 115.

Fuga de apoyos

La salida del Partido Progresista (PP) de la coalición de gobierno, anunciada el martes, vino a confirmar las evidentes fracturas en el grupo de apoyo a Rousseff. El colectivo, que era el más populoso en el Ejecutivo tras la salida -hace dos semanas- del PMDB, ya había votado dividido en la comisión que aprobó el informe para iniciar el impeachment. De sus cinco parlamentarios en la instancia, tres habían optado por apoyar el juicio político y dos por no hacerlo. Tras proclamar su salida del gobierno, el PP llamó a votar contra Rousseff este domingo, pero dejó en libertad a sus 47 parlamentarios en la cámara baja.

Las diferencias de opinión también se hacen sentir en el PSD, que también forma parte del gobierno. En la sesión de comisión celebrada el lunes, dos de sus tres diputados apoyaron el impeachment. Sus 36 representantes en el pleno también podrían estar divididos.

El PT es, así, el único partido relevante que permanece en la base de apoyo de la presidenta. Su lucha por mantener a Rousseff en el Palacio de Planalto es respaldada por las agrupaciones más pequeñas en la izquierda: el comunismo, con 11 diputados, el PDT, con 20 y el PR, con 40. En este último, ya se produjo una renuncia a la dirigencia de la colectividad: Mauricio Quintella anunció su voto contra Dilma.

Gobierno en las sombras

Un ambiente de campaña electoral rodea al vicepresidente, Michel Temer, a medida que se vuelve más concreto el juicio político contra Rousseff. Así lo reporta el medio brasileño Valor, según el cual la dirigencia del PMDB, en el que milita Temer, sostiene reuniones incesantes, con un doble objetivo: asegurar los votos para el impeachment y formar un nuevo gobierno.

Para esto último, Temer tiene poco tiempo. Si 342 diputados apoyan el informe de la comisión, el documento pasa al Senado; si es aprobado allí, inicia una investigación y las atribuciones de Dilma como presidenta quedan suspendidas en el intertanto, mientras el hoy vicepresidente asume la conducción del gobierno.

Los primeros desafíos serán los cargos vacantes, entre ellos el Ministerio de Finanzas. Según el mismo medio, la baraja de nombres incluye al gobernador de Espíritu Santo, Paulo Hartung, el presidente de la Federación Brasileña de Bancos (Febraban), Murilo Portugal, y el senador José Serra (PSDB).

Otras prioridades serán las carteras de Salud (que sufre una crisis de financiamiento en medio de epidemias de dengue y chikungunya, la amenaza del zika y brotes de gripe H1N1) y Relaciones Exteriores.

Aécio Neves y 51 diputados

El senador y ex candidato presidencial Aécio Neves (del PSDB, que tiene 51 votos en la Cámara Baja) manifestó que su partido está dispuesto a apoyar un gobierno de Michel Temer, pero con condiciones. El partido no correría junto al PMDB en nuevas elecciones y espera que éste limite su poder legislativo, cediendo, por ejemplo, la suplencia en la Cámara de Diputados.

El senador recordó también el compromiso del vicepresidente de no presentarse a una reelección en 2018. “Él sabe que está teniendo una oportunidad, o tendrá eventualmente. Tendrá una oportunidad que la historia le está dando”, sentenció.

1992: la última destitución

 

La presidencia de Fernando Collor de Melo no alcanzó a durar dos años. Acusado de tráfico de influencias y de recibir millonarias contribuciones del empresariado durante su campaña (que ganó contra el mismísimo Lula da Silva), Collor fue el primero y, hasta ahora, último presidente brasileño sometido a impeachment tras el retorno a la democracia. Fue un proceso rápido. La Cámara lo aprobó en menos de un mes y el 2 de octubre de 1992, el mandatario fue suspendido mientras el Senado investigaba. Se le declaró culpable en diciembre, tras lo cual fue destituido.

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