Se agudiza la crisis en Bahréin. Es que el gobierno se vio forzado a decretar estado de emergencia en el país debido a las cada vez más intensas manifestaciones de la ciudadanía que exige reformas políticas al gobierno sunita.
La decisión se produce luego que el ejército del país se viera obligado a utilizar la fuerza para desalojar a miles de manifestantes, de mayoría chiíta, apostados en la plaza Perla, en la capital Mamana.
Medios de prensa internacionales destacan la extrema violencia con la que actuaron los uniformados, hecho que ya está siendo condenado por países como Alemania y organizaciones como Amnistía Internacional.
Mientras, el jeque Ali Salman, presidente de la sociedad chiíta Wifak, también condenó la actuación de la Policía. "Así no se puede tratar a manifestantes pacíficos", dijo en una entrevista a "Al Jazeera".
En medio de esta crisis, que sigue a la de Túnez, Egipto y se suma a la de Libia, el gobierno registró la renuncia del ministro de Asuntos Exteriores, Nazar Al Bahrna, y del activista Abdullah al-Durazi, mandatados para crear un comité de reconciliación nacional.