China
anunció la aplicación a partir de hoy de dos impuestos adicionales a las
compañías foráneas, que aumentarán su contribución al erario del país
asiático alrededor de un 10%, con el objetivo de igualar su
fiscalidad con las empresas nacionales.
El Consejo de Estado
(Ejecutivo chino) publicó a través de la agencia oficial Xinhua los
detalles de los nuevos tributos, que responden a los conceptos de "tasa
de construcción" y de "recargo por educación".
Zhang Hanya,
presidente de la Asociación de Inversión de China (IAC), defendió la
aplicación de estas nuevas medidas "para crear un campo de juego
equilibrado, en términos fiscales, para todas las compañías que operan
en el país".
Así, el impuesto sobre la construcción urbana
variará del 1% al 7% de la actividad económica, dependiendo de
la ciudad en la que se ubique la empresa, mientras que el gravamen para
la enseñanza supone otro 3% extra.
Desde la apertura
económica promulgada por el difunto líder Deng Xiaoping a partir de
1978, el gigante asiático ha promovido la inversión exterior a través,
entre otros, de beneficios fiscales para las sociedades internacionales
que iniciasen actividades en China.
"Las compañías domésticas
han estado pagando el mantenimiento de las ciudades e impuestos sobre la
construcción y la educación, los cuales no eran obligatorios para las
firmas exteriores, recordó Zhang.
En 2008, China ya unificó el
impuesto de sociedades para las empresas nacionales y extranjeras,
situándolo al 25% en todos los casos, después de varios años
de trato beneficioso hacia las corporaciones foráneas, que sólo
tributaban un 15% (por un 33% de fiscalidad de las
firmas chinas).
Desde hace meses, asociaciones empresariales
que agrupan empresas extranjeras reclaman a Beijing medidas concretas para
lograr un mismo tratamiento "justo" entre las empresas chinas y las
extranjeras.
En su labor diaria en la tercera economía
mundial, las empresas aseguran ser objeto de políticas gubernamentales
discriminatorias y de un tratamiento legal contradictorio.
Un
estudio reciente elaborado por la Cámara de Comercio de EE.UU. en China
(Amcham) refleja que el 38% de las empresas estadounidenses no
se sienten bien acogidas en el mercado chino, un 12% más que
en la última encuesta, realizada en 2009, y un 15% más que en
2008.