Por Enoch Yiu
Los arduos esfuerzos por parte de Beijing de llevar las bolsas locales de materias primas a la arena internacional no son un buen augurio para firmas como la Bolsa de Metales de Londres (LME, su sigla en inglés), que está teniendo problemas para lograr un acceso significativo al mercado chino.
La última estrella ascendente es la Bolsa de Commodity de Bohai en Tianjin, fundada en 2009 y un lugar de transacción de 70 productos desde petróleo a metales y champiñones a manzanas. Ha construido una plataforma en línea que provee principalmente a los participantes del mercado de China continental. Ahora está detrás de inversionistas internacionales que quieran comerciar en yuanes en una mayor variedad de productos.
En una apuesta por atraer a traders, brokers e inversionistas, Bohai llevó su roadshow a Hong Kong la semana pasada.
El simbolismo del evento, organizado en los cuarteles generales de Bank of China en Hong Kong, era fácil de entender.
Más significativo para los competidores extranjeros es que la plaza de Bohai es la primera organización no bancaria en el continente a la que se le permite realizar negocio transfronterizos en yuanes.
La LME, comprada hace un año por Hong Kong Exchange and Clearing, en una apuesta ambiciosa por construir un centro de materias primas enfocado en China, necesitará productos en yuanes para tener éxito, y aprobación de Beijing para permitir que las firmas e inversionistas chinos transen ahí para generar liquidez. Y sería de gran ayuda si a la LME se le permitiera abrir bodegas en la nación.
Sin embargo, en el último año no ha habido ninguna iniciativa política que ampliaría las ambiciones continentales de la LME.
Pero una estrategia doble de apoyo a ambas bolsas podría ayudar a Beijing a resolver su queja de larga data respecto de que, a pesar de ser el mayor consumidor del mundo de muchos metales y recursos naturales, tiene poco que decir sobre cómo se determinan los precios globales.
Bohai sólo transa productos spot, mientras que la LME también transa futuros.
La LME tiene la reputación, liquidez y el seguimiento del mercado internacional que el parqué de Bohai no posee, un punto subrayado durante el roadshow en Hong Kong que pudo haber atraído cerca de 200 personas, pero la gran mayoría de ellas representaba a zonas del sudeste asiático.
Bohai tiene un largo camino antes de que pueda comenzar a construir esa conectividad mundial. La movida inteligente para la LME sería introducir productos de materias primas en yuanes lo antes posible, y darle a Beijing una razón para que reconsidere su estrategia de apoyar sólo a una de las plazas.