Los consumidores de televisión por cable de Estados Unidos se aprontan para ser espectadores del nacimiento de un nuevo gigante en la industria: después de un largo tiempo de negociaciones, Comcast anunció ayer la adquisición por US$ 45.200 millones de Time Warner Cable, lo que formará a la empresa líder del sector en el mercado estadounidense y se convierte en el segundo mayor acuerdo a nivel global en los últimos doce meses, detrás del de Verizon Communications y Verizon Wireless. Tras conocerse la noticia, la acción de Time Warner subió 7% a US$ 144,8.
Comprar a la segunda mayor compañía de tv cable de EEUU implica que Comcast agregará cerca de 11 millones de suscriptores residenciales más a su compañía. Además le da mayor acceso al importante mercado de cable de Nueva York y mayor poder de negociación con los proveedores de contenido, señaló Bill Smead, jefe de inversiones en Smead Capital Management a Bloomberg.
“Comcast y Time Warner Cable han sido los líderes en las innovaciones más importantes de todas las industrias en los últimos 25 años y esta fusión acelerará el ritmo de esa innovación”, describió el comunicado que informaba sobre la fusión.
El acuerdo entre Comcast y Time Warner tomó por sorpresa a Charter Communication, quien era otro de los interesados en adquirir a Time Warner. Según fuentes consultadas por Bloomberg, Comcast y Charter habían estado dialogando una negociación conjunta, involucrando una venta de activos después de una potencial adquisición de Charter a Time Warner Cable.
Estas conversaciones se quebraron la semana pasada, culminando con una reunión donde el CEO de Comcast, Michael Angelakis salió furioso y amenazó con hacer un acuerdo con Time Warner Cable sin la ayuda de Charter.
Dificultades en la alianza
En esta supuesta “alianza” para hacerse de Time Warner, Comcast presionó a Charter a deshacerse de más activos, incluyendo los canales deportivos de la región de Los Angeles de Time Warner Cable, además de las redes en Nueva Inglaterra, Carolina del Norte y Nueva York, que inicialmente ofrecían.
Además, Comcast no quería invertir una gran cantidad de efectivo en un acuerdo, por lo que prefirió hacer una transacción sólo de acciones, con lo que Charter no estaba de acuerdo.
Por otra parte, Time Warner Cable, en las intensas negociaciones con Charter, había solicitado
US$ 160 por acción y consideró que la propuesta de Charter de US$ 132,50 había sido “completamente inadecuada”, según Reuters.
Finalmente se decidió por la unión con Comcast, que ofreció US$ 158,82 por título, y además le permitiría ahorrar US$ 2 mil millones en costos operativos, ya que el operador estaba sufriendo una caída de abonados que migraron a otros rivales como Verizon u otras plataformas como Netflix o Hulu, según El País.
Ahora, tras conocer el acuerdo, Charter está buscando la posibilidad de comprar cualquier activo que eventualmente pueda vender Comcast, indicó a Bloomberg una persona cercana al asunto.
Visto bueno pendiente
Pero el paso que falta es el difícil escrutinio de la Comisión Federal de Comunicaciones, dijo Craig Moffett, analista en MoffettNathanson, en una entrevista en enero a Bloomberg. Y es que el acuerdo no es menor: la fusión representará casi el 75% de la industria del cable, según datos de la Asociación Nacional de Televisión por Cable.
Para hacer frente a las preocupaciones antimonopolio, Comcast dijo que se deshará de tres millones de suscriptores. Pero con la fusión sumará cerca de doce millones de usuarios, con lo que su base de clientes llegará a más de 34 millones.
Por otro lado, la compañía destacó en su comunicado de prensa que tendrá menos de 30% de la cuota de mercado para suscriptores de televisión pagada estadounidense después de la fusión.
El acuerdo no contempla ninguna cláusula de pago en caso que la fusión sea bloqueada por el regulador. “La ausencia de una cláusula de pago (si no se concreta la fusión) refleja nuestra confianza de poder llegar a este acuerdo”, dijo el director ejecutivo de Time Warner Cable Robert Marcus a Reuters.