El BCE despidió el año con la subasta más importante de su historia, la que pondrá las bases para que fluya el crédito. La banca europea se ha adjudicado una inyección de 489.191 millones de euros (unos US$ 635.000 millones) en la primera subasta a tres años del organismo monetario europeo.
La demanda superó las expectativas del mercado. Los analistas consultados por Bloomberg estimaron peticiones por unos 293.000 millones de euros. La encuesta de Reuters, por su parte, apuntaba a 310.000 millones. Otras fuentes del mercado estimaban que cualquier cifra final por debajo de los 400.000 millones de euros sería interpretado como un fracaso.
Según consigna Expansión, con este préstamo ilimitado el organismo que preside Mario Draghi pretende poner las bases para que fluya el crédito y llegue a la economía real, así como aliviar la sed de liquidez de los bancos, que tras esta subasta podrán afrontar sus abultados vencimientos de deuda a medio plazo.
El BCE realiza estos préstamos a tres años al mismo interés que el de referencia oficial. La puesta en marcha de estas subastas se anunció el pasado 8 de diciembre, en la última reunión del BCE en la que el organismo redujo el precio del dinero al 1%.
El resultado de esta subasta ha estado condicionado por las entidades que cambien los préstamos que tienen con el BCE a plazos más cortos. La reacción de los mercados a corto plazo es positiva por lo alta que ha sido la demanda, sin embargo, más a largo plazo puede incrementar la adicción de las entidades a la financiación del banco central.
En cualquier caso, e independientemente de la reacción del mercado a corto plazo, permanecen latentes las dudas sobre si estas subastan lograrán reactivar el crédito.
El propio presidente del BCE, Mario Draghi, reconoció esta semana en una entrevista a 'Financial Times' que las entidades podrían invertir en deuda pública el dinero que capten de esta subasta.