Internacional

El “economista de aeropuerto” y su fórmula para que Chile finalmente pueda despegar

Señala que tener una economía abierta ya no es suficiente y que ahora Chile necesita exportar su know-how.

Por: | Publicado: Lunes 29 de octubre de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Marco Fajardo



Como economista jefe de la Comisión de Comercio de Australia, durante los últimos doce años Tim Harcourt ha recorrido 56 países donde su gobierno tiene una presencia económica “razonable”.

Luego de su periplo, plasmó sus experiencias en el libro “The Airport Economist”.

El término “economista de aeropuerto” nació en la década de los ‘70, cuando el economista estadounidense Milton Friedman visitó Australia y fue consultado sobre su visión sobre la economía local. Y Friedman recomendó su receta tradicional: combatir la inflación mediante la política monetaria, un presupuesto equilibrado, la desregulación del mercado financiero y un gobierno reducido.

El problema fue que hizo sus recomendaciones justo al llegar a Australia, durante una conferencia de prensa en el mismo aeropuerto, antes siquiera de evaluar las condiciones locales o reunirse con las autoridades nacionales. Fue entonces cuando sus críticos acuñaron el término peyorativo “economista de aeropuerto” para Friedman.

Harcourt, sin embargo, quiso combinar en el título su profesión y el afán por escribir un libro ágil y divertido - cosa que logró- que pudiera ser leído con facilidad, sobre todo en las salas de espera de los aeropuertos, para responder la pregunta típica de la prensa: “¿Qué opina de nuestro país?”.

Pero más allá de la entretención, uno de los principales objetivos de su crónica de viajes fue descubrir cómo la integración económica a escala global afecta a las comunidades locales. En el caso de nuestra región sólo abordó los casos de Brasil, Argentina y Chile.

Su visita a Argentina se dio precisamente cuando la economía trasandina se encontraba sumida en la peor parte de crisis post devaluación de 2002. El retrato resulta muy interesante. En el capítulo cita al futbolista Diego Maradona, que ensalzó como el mejor gol de su carrera el tanto que anotó con la mano con Inglaterra en el Mundial de 1986, como ejemplo de engaño y falta de confianza, un mal que crónicamente ha afectado a los transandinos, y que hoy vuelve a afectar a su país, en medio de los persistentes intentos del gobierno por tomar control de la economía.

Claves para el desarrollo


Para Harcourt la confianza en las instituciones, por ejemplo, es clave para lograr el desarrollo, junto a la estabilidad macroeconómica, un banco central independiente, un mercado laboral equilibrado -donde el empresario tiene derecho a ganar dinero y el trabajador tiene derecho a un trato justo-, y el equilibrio entre políticas sociales y económicas.

Para el especialista una fuerte base de commodities, como la que tiene Chile, no es suficiente para garantizar el bienestar, y recuerda que hace un siglo Argentina era una economía más rica que Australia. “Muchos países parten de la misma base de recursos. La diferencia es cómo los administran”, señala.

“Veo que Chile está pensando en cómo ser menos dependiente de los precios de los commodities”, celebra, y apunta al conocimiento y servicios que hay detrás de la minería y el agro.

En momentos en que Chile se convierte en base de operaciones para muchas firmas que desde aquí se expanden al resto de la región, cree que bien podría exportar su know how ligado a sus commodities. “Chile se está convirtiendo en un centro de educación e innovación minera”, destaca.

Por eso resalta la reciente instalación en Chile del centro australiano de investigación en minería CSIRO que “ahora provee oportunidades de aprendizaje” en la región.

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