Las
empresas estadounidenses que tienen presencia en Irlanda no quieren que el
Gobierno de Dublín modifique el impuesto corporativo porque creen que incluso
un ligero incremento pondría en peligro el atractivo de ese país para hacer
negocios, señala hoy el periódico "Financial Times" (FT).
Las
compañías, que han hecho importantes inversiones en Irlanda en la última
década, han recibido bien el plan de Dublín de cuatro años para equilibrar las
finanzas, que incluye el compromiso de mantener en el 12,5% el impuesto
corporativo.
"En cuanto
dices que vas a cambiar el impuesto, las compañías preguntarán: ¿la tasa será
del 12,5%, o el 15%, o el 36%? El asunto será si pueden confiar en cualquier
cosa que se les dice", ha señalado al FT Paul Duffy, vicepresidente en
Irlanda de Pfizer, el grupo farmacéutico estadounidense.
Por su
parte, Neil Boyle, director gerente de MSD Irlanda, parte de Merck, otra
compañía farmacéutica de propiedad estadounidense, destacó que es vital que
Dublín mantenga la competitividad internacional para que la economía irlandesa
supere la crisis.