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Atentados a instalaciones petroleras en Libia sorprendió a las autoridades chinas

Los ataques plantean un nuevo dilema de politica exterior

Por: | Publicado: Viernes 25 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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Leslie Hook y Geoff Dyer


China se esforzaba por evacuar a miles de sus trabajadores de Libia ayer, luego de que CNPC y otras firmas chinas fueran atacadas en medio de la violencia que engulle al país.

Las autoridades dicen que hay 30 mil chinos en el país y su evacuación es un nuevo dilema para la política exterior de China, que durante décadas ha apoyado el régimen de Gaddafi.

CNPC, mayor productor de petróleo y gas de China, dijo ayer que sus instalaciones habían sido atacadas y que los empleados estaban siendo enviados de regreso a Beijing. La declaración es la primera confirmación de ataques contra compañías petroleras, después de que firmas como Eni de Italia y Repsol YPF cerraran sus operaciones en Libia a principios de esta semana. 
La violencia en Libia constituye una nueva prueba para la política exterior de China, que se ha centrado en el concepto de no-interferencia. Esa política se hace cada vez más difícil de mantener, a medida que se profundizan los lazos comerciales entre China y África y llegan miles de trabajadores chinos a construir proyectos de infraestructura en el continente.

Ma Zhaoxu, portavoz de la cancillería, reconoció que algunas empresas chinas en Libia “vieron sus campamentos locales asaltados por pandilleros y algunas personas resultaron heridas”. Asaltantes prendieron fuego a equipos y autos e hirieron a trabajadores chinos en un ataque a su campamento el lunes, escribió el bloguero conocido como “Happy Xufeng”, publicando imágenes del infierno y desesperados pedidos de ayuda. El miércoles el bloguero, empleado del departamento de Ferrocarriles de China, informó que él y sus colegas estaban siendo evacuados.

En una inusual declaración el martes, el presidente de China, Hu Jintao, ordenó a los trabajadores del gobierno a “no escatimar esfuerzos para garantizar la seguridad de la vida y propiedades de ciudadanos chinos en Libia.” China ha enviado vuelos chárter, buques de transporte COSCO y barcos pesqueros. También hay buses listos para entrar al país y ayudar con la evacuación si es necesario, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores. 
Ya antes hubo signos de resentimiento en Libia por el creciente peso económico de China en la región. A fines de 2009, el ministro libio de relaciones exteriores, Musa Kusa, dijo en una entrevista que “hay algo equivalente a una invasión china en el continente africano”.

La evacuación forzada de grupos tan grandes de trabajadores en el exterior expone la vulnerabilidad de la política exterior de China mientras se expande por el globo. Hay decenas de miles de inmigrantes chinos trabajando en lugares volátiles como Sudán, Congo, Myanmar y Pakistán.

Diplomáticos chinos temen que los secuestros o la violencia hacia los trabajadores chinos en el extranjero provoquen reacciones nacionalistas en el país y empujen al gobierno, que se enorgullece de una política de no intervención, a convertirse en uno más involucrado en los asuntos políticos internos de los países afectados por la crisis. 
Para incomodidad de Beijing, además, Muammar Gaddafi utilizó el ejemplo de la violenta represión de China contra los manifestantes en la Plaza de Tiananmen en 1989 para justificar su propio uso de la fuerza militar contra los opositores internos. Las evacuaciones de las compañías petroleras han provocado que la salida del petróleo en Libia se reduzca a la mitad, enviando los precios del petróleo al alza en medio de temores globales a que los disturbios en el Oriente Medio conducen a la escasez. 
La noticia del ataque a CNPC aumenta la preocupación entre los ejecutivos de la industria por que la turbulencia en Libia pueda llevar a un sabotaje generalizado de las instalaciones petroleras y que se necesiten meses o incluso años para devolver el país a su plena capacidad de producción, aún si el orden regresa.

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