Por Matt Steinglass en Amsterdam
La crisis de la eurozona ha provocado una tensión política en Europa, pero en pocos países el drama ha sido más tortuoso que en Holanda.
El gobierno de centro derecha de Mark Rutte apoya los esfuerzos de rescate de la eurozona, incluyendo la ayuda para Grecia y una autoridad presupuestaria centralizada Europea. Pero el gobierno le debe su mayoría en el parlamento al partido de extrema derecha Partido por la Libertad de Geert Wilders, que critica la ayuda a Grecia como “botar el dinero a la acequia”. Como consecuencia, Rutte ha estado obligado a depender en la oposición de izquierda para aprobar su políticas de eurozona en el parlamento, mientras que Wilders atacó al gobierno que su propio partido mantiene en el poder por fracasar en “patear a Grecia fuera del euro”.
La tensión es dirigida por la rabia entre los votantes holandeses. Según una encuesta, 63% se opone a más ayuda al gobierno heleno. Rutte ha tratado de asegurar votantes al aliarse con Alemania para conseguir condiciones más duras en el paquete de rescate. Pero 82% de lo holandeses no cree que Grecia devolverá el dinero.
Expertos dicen que Wilders está en una posición ganadora porque los votantes no lo culpan por las políticas pro eurozona del gobierno. La crisis también podría beneficiar a Wilders elevando su perfil en temas ecnonómicos.