Estados Unidos y Japón firmaron ayer una nueva batería de acuerdos en defensa que permiten una mejor colaboración entre sus fuerzas militares ahora que aumenta la influencia de China en Asia.
Parte del esfuerzo de Japón de dejar atrás algunas de sus restricciones pacifistas posteriores a la guerra, las nuevas directrices permitirán a los militares de ambos países trabajar en colaboración más estrecha en caso de conflicto en el mar oriental de China o en Corea del Norte.
Para la administración de Barack Obama, la mejora de los lazos de defensa con Japón es importante para su pivote en Asia, donde también colabora militarmente con aliados como Australia o Filipinas y ex enemigos como Vietnam. Mientras que el gobierno dice que su aproximación a la región no es un esfuerzo para contener a China, la amenaza que representan juntas estas iniciativas hace aumentar la ansiedad en la región sobre como lidiar con una China más poderosa.
Las nuevas directrices se revelaron al inicio de la visita oficial del premier japonés, Shinzo Abe, y su delegación a EEUU. Según el ex oficial del Pentágono y analista especializado en la región, Jim Schoff, la nueva política de defensa podría ser el legado más perdurable de la visita de Abe a EEUU. "Puede suponer un gran cambio en cómo opera la alianza", dijo Schoff. "EEUU espera que Japón se implique más en las misiones internacionales y Japón desea hacerlo como disuasión para China".