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El banco central de Turquía da señales de aumento de tasas tras nuevo salto de la inflación

La entidad cedería a la presión del mercado la próxima semana, aunque algunos analistas dicen que, para recuperar la mellada credibilidad, el incremento deberá ser significativo.

Por: Laura Pitel/Adam Samson | Publicado: Martes 4 de septiembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Marmaris/Londres

El banco central de Turquía dio señales de que podría ser incapaz de mantener su criticada política de dejar las tasas de interés sin cambios, luego de que nuevos datos mostraran que la inflación mensual aumentó a 17,9% en agosto.

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La entidad señaló que la “política monetaria será ajustada” cuando el comité que fija las tasas se reúna la próxima semana. Los datos de inflación publicados ayer muestran que el aumento anual de los precios al consumidor se acercan a cuatro veces la meta oficial.

El banco advirtió que las cifras de inflación, que también mostraron que los precios al productor aumentaron a un ritmo anual de 32,1% en agosto, implicaba “riesgos significativos para la estabilidad de los precios”.

La declaración podría marcar un giro relevante en la política del banco, que ha enfrentado críticas que apuntaban a que estaba siguiendo las directrices del presidente del país, Recep Tayyip Erdogan. El mandatario se ha declarado “enemigo” de las tasas de interés altas y prometió usar su autoridad para dejar su impronta en las decisiones de política monetaria.

Los analistas advirtieron que el banco vería aún más golpeada su ya paupérrima credibilidad si no coronaba el anuncio de ayer con un alza significativa. La declaración llega un mes después de que sorprendió a los inversionistas internacionales al no aumentar las tasas, a pesar de que la lira ha perdido 40% de su valor contra el dólar este año y la inflación está lejos de su meta oficial de 5%.

En una entrevista con Reuters, Berat Albayrak, el yerno de Erdogan y el nuevo ministro de Hacienda del país, reforzó la declaración del banco central, asegurando que el país había llegado a un punto en que necesitaba una “lucha completa contra la inflación”.

Enfrentando la caída de la moneda y el crecimiento de la inflación, las autoridades monetarias de Turquía han evitado aumentar la principal tasa de interés del país, la tasa repo a una semana, que se mantiene en 17,75%. En cambio, el banco central y otros organismos gubernamentales han anunciado una serie de medidas técnicas que el mercado ha descrito como insuficientes.

Inversionistas desconfiados

Algunos analistas fueron cautelosos sobre la poco característica intervención del banco central, advirtiendo que aún había una posibilidad significativa de que el aumento de la tasa no sea lo suficientemente radical. Argentina, que ha visto una baja similar de su moneda en las últimas semanas, subió la tasa a 60% la semana pasada en un intento para frenar el desplome del peso.

Piotr Matys, estratega de mercados emergentes en Rabobank, dijo que el anuncio del banco central lo puso bajo presión para entregar un alza “apropiada” en la tasa. “El gobernador [Murat] Cetinkaya subió las exigencias sobre sí mismo para exceder las expectativas del mercado, en momentos en que no hay espacio para decepcionar a nadie”, escribió en una nota a clientes.

Por su parte, el economista de mercados emergentes en Capital Economics Jason Tuvey, hizo eco de esa visión. Previó que la “presión del gobierno” llevaría a un alza de dos puntos, en vez de la que esperan los mercados de entre 7 y 10 puntos.

Los datos presionan

El aumento de los precios al consumidor, que crecieron 2,3% entre un mes y otro, fue impulsado por el alza en los costos del transporte, que creció 27% de un año a otro, así como la mueblería y el equipamiento del hogar, bienes y servicios misceláneos, y los alimentos y bebidas no alcohólicas.

La cifra de agosto, que sigue a la inflación de julio, de 15,85%, fue levemente superior a lo esperado. Economistas encuestados por Bloomberg había previsto un 17,6%. Datos separados mostraron que los precios al productor crecieron 6,6% mensual a agosto.

La alta inflación ha agravado la depreciación de la lira, poniendo más presión al endeudado sector corporativo turco. El fin de semana, una serie de compañías anunciaron problemas de liquidez e incumplieron pagos de deuda.

La divisa turca ha sufrido alta volatilidad desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso sanciones contra Ankara para intentar obligar al país a liberar a Andrew Brunson, un pastor estadounidense.

A cambio, Ankara ha exigido que Washington frene una investigación contra Hallbank, el banco estatal turco acusado de violar las sanciones contra Irán. Se espera que la entidad enfrente una multa desde el Tesoro de EEUU como castigo por su supuesto rol en un complejo esquema de intercambio de petróleo por oro, liderado por un empresario turco-iraní.

En su entrevista con Reuters, Albayrak señaló que Turquía esperaba “que no haya multa alguna” contra el banco. Dijo que “una investigación independiente de varios meses” por parte de la firma legal King & Spalding y la empresa de datos Exiger había concluido que el banco no había violado sanciones estadounidenses primarias ni secundarias contra Irán.

Aseguró que la entidad saldrá “completamente limpia” del proceso, agregando que cualquier resultado que no fuera la exoneración total sería “una decisión completamente política”.

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