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Marine Harvest: cuidado con la ola

La industria noruega, siempre temerosa de problemas de enfermedades, tiene regulaciones muy estrictas que restringen el crecimiento de la oferta a alrededor de 3% al año.

Por: | Publicado: Jueves 3 de marzo de 2016 a las 04:00 hrs.
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¿Hemos tenido suficiente con El Niño? La industria del cultivo de salmón sin duda sí. Las aguas cálidas provocan las floraciones de algas que pueden asfixiar a los pobres peces. Chile, una fuente clave de salmón de piscifactoría ha sufrido mucho recientemente. Peor aún, las anchovetas utilizadas en la comida para peces están desapareciendo en mares más fríos y más profundos. Eso significa mayores costos para la industria del salmón.

Las ganancias operacionales de Marine Harvest, empresa listada en la bolsa de Oslo y el mayor productor de salmón del Atlántico, cayeron el año pasado a su nivel más bajo desde 2012. La corona noruega más débil ha hecho mella ya que los alimentos -que representan la mitad de los costos- están en dólares.

Aún así, las acciones de Marine Harvest mantienen un alza de 28% en doce meses. Sus rivales Leroy Seafood y SalMar lo han hecho aún mejor. El índice noruego OBX perdió 8% durante ese período.

Es evidente que el mercado ve tiempos mejores en el horizonte. Chile tiene más que solo problemas con las algas; el síndrome Rickettsial del salmón ha hecho un gran daño a sus poblaciones de peces, por no hablar de las exportaciones. Los compradores estadounidenses, como Costco, solían obtener la totalidad de su salmón de Chile; eso se ha reducido a menos de la mitad.

La industria noruega, siempre temerosa de problemas de enfermedades, tiene regulaciones muy estrictas que restringen el crecimiento de la oferta a alrededor de 3% al año. Mientras que la demanda debería subir un 7% este año. Los precios han subido en consecuencia; el salmón del Atlántico va por alrededor de 52 coronas noruegas por kilogramo este año, un 24% por encima del precio promedio del año pasado, según los especialistas Fish Pool.

Este positivo panorama no impidió sin embargo que un accionista clave de Marine Harvest, el magnate John Fredriksen, vendiera ayer un tercio de su participación en la empresa. El paquete, valorado en

US$ 500 millones, representa casi el volumen de operaciones de un mes y las noticias hicieron caer las acciones 6%.

Más podría venir. Las inversiones relacionadas con el petróleo de Fredriksen, tales como Ship Finance, SeaDrill y Frontline, han disminuido drásticamente en valor.

Los cielos se han iluminado para Marine Harvest. Sólo hay que tener cuidado con más olas de venta.

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