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Multimillonario indio necesita amigos y familiares

Problemas financieros de Anil Ambani podrían ayudar a una esperada reconciliación con su hermano mayor y más poderoso, Mukesh.

Por: | Publicado: Viernes 27 de enero de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por James Crabtree



Puede que sea uno de los empresarios mejor conectados de India, pero Anil Ambani se vio forzado a buscar nuevos amigos muy lejos de Asia para levantar capital para su endeudado imperio de Reliance.

La semana pasada, el multimillonario indio posó junto al presidente de la japonesa Nippon Life luego de acordar la venta de una participación de US$ 290 millones en su división de administración de activos. Más tarde se sumaron reportes sobre planes para levantar otros US$ 1.000 millones en capital adicional a través de la apertura a bolsa de sus activos de cable submarino en Singapur.

Pero la mayor sorpresa llegó cuando Ambani anunció un préstamos de US$ 1.200 millones de un trío de bancos estatales chinos, que permitió a Reliance Communications, su rama de telecomunicaciones, pagar por su creciente deuda en bonos justo cuando se agotaba el tiempo.

La serie de transacciones alivió las presiones sobre el grupo Reliance de Ambani. También fue recibido con gran alivio en la comunidad financiera india, que ya estaba preocupada por el lento crecimiento y la rápida caída en las inversiones.

Un banquero de Mumbai, hablando bajo condición de anonimato sobre la conexión china, dijo: “En un clima como este, ni siquiera puedo pensar qué habría ocurrido si una gran compañía india como la suya hubiera al final caído en default”.

Quienes siguen el tema de cerca dicen que el último acuerdo es un clásico ejemplo del talento de Ambani. “Tiene una extraordinaria habilidad financiera”, comentó Gita Piramel, una escritora india de administración: “Pocas personas entienden las idas y vueltas de los mercados financieros tan bien como él”.

Pero, pese a todo su genio para los negocios, Ambani sigue en una posición complicada. Los crecientes costos por intereses y difíciles condiciones para operar enviaron los precios de las acciones en todas sus empresas de telecomunicaciones, infraestructura, energía y servicios financieros en una caída de más de 50% el año pasado.

RCom está particularmente afectada, con una deuda neta de US$ 7 mil millones en 2011 y tres de sus ejecutivos fueron arrestados en abril como parte de investigaciones sobre corrupción en la industria de telecomunicaciones de India. Los malos manejos fueron negados y un plan para vender los activos del grupo de telecomunicaciones como torres fue prometido para antes de Navidad, pero hasta ahora no se han materializado.

Todo esto ha hecho una mella en la reputación de uno de los magnates más glamorosos de India; un hombre conocido tanto por rozarse con las celebridades de Hollywood como por correr maratones. También lo ha mandado en picada en la lista Forbes de los diez hombres más ricos de India.

Pero, detrás de todo esto, hay otro factor que está complicando los cálculos de Ambani: el constante flujo de rumores de que sus problemas financieros lo terminarán empujando de regreso a los brazos de su hermano mayor y más adinerado, Mukesh Ambani.

Los hermanos se repartieron el conglomerado de su padre en 2005 tras una feroz batalla pública, y desde entonces sus fortunas han seguido caminos separados. La semana pasada, el mayor de los Ambani mostró su fortaleza anunciando una gran recompra de acciones en su propia rama de compañías Reliance.

Las especulaciones sobre una futura reunificación sólo aumentaron a comienzos de mes cuando ambos fueron fotografiados bailando uno cerca del otro durante una reunión familiar. Poco frecuentes palabras de aliento público de parte de su madre avivaron nuevos rumores, dado que ella ya había roto antes la tregua entre ambos.

Pero detrás de todos los chismes y comentarios sobre las declaraciones maternales, yace quizás una última ironía: para el negociador más hábil de India, su acuerdo más importante podría ser precisamente el que más quisiera evitar.

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