Por Ralph Atkins
en frankfurt
La inflación en la eurozona subió inesperadamente a un 3%, la mayor cifra en tres años.
El dato complica aún más al Banco Central Europeo (BCE), en medio de la crisis por la deuda que empuja al bloque hacia una recesión.
El aumento en el ritmo de alzas de los precios debilita la posibilidad de un recorte en las tasas de interés de referencia del BCE en su reunión de la próxima semana.
Se espera que la autoridad monetaria de la eurozona siga adelante con medidas para garantizar una liquidez adicional a los bancos de la región. En tanto, el desempleo cayó sorpresivamente en agosto.
La reunión para fijar las tasas del próximo jueves será la última que será presidida por Jean-Claude Trichet, cuyo mandato de ocho años terminará el 31 de octubre. Esto dificultará “que se retire con un recorte”, afirmó Julian Callow, economista europeo de Barclays Capital.
Callow advirtió que la inflación en la eurozona podría subir aún más en octubre, antes de volver a caer luego.
La meta del BCE es mantener la inflación “debajo pero cerca” del 2% a mediano plazo.
La tasa de inflación de septiembre, la mayor desde octubre de 2008, fue impulsada por los precios de la vestimenta y los costos energéticos. La inflación de agosto fue de 2,5%.
Sin embargo, la última cifra no cierra la puerta a un temprano recorte de las tasas de interés. El BCE espera que la inflación se desacelere rápidamente el próximo año, el horizonte temporal más importante para sus decisiones sobre las tasas.