Por Guy Dinmore en Roma
El gobierno de tecnócratas de Italia enfrentó ayer el primer desafío a su paquete de ajuste cuando los tres principales sindicatos comenzaron su planificada serie de huelgas nacionales.
Más de dos horas de negociaciones la noche del domingo entre el primer ministro Mario Monti y líderes sindicales no lograron reducir sus diferencias. Los trabajadores rechazan aumentar la edad de jubilación y el congelamiento de pago de pensiones a partir de 2012.
Las federaciones laborales CGIL (comunista), UIL (socialdemócrata) y CISL (demócratacristiana) realizaron un paro nacional de tres horas. Fue la primera vez en seis años que las tres superaron sus divisiones políticas para realizar una protesta unida.
FIOM, la unión metalúrgica que es parte de CGIL e incluye a muchos trabajadores de las automotrices, pretendía parar por ocho horas.
Hubo concentraciones en todo el país y estaba prevista una manifestación en las afueras del Parlamento, donde el paquete de ajuste de 20.000 millones de euros (US$ 26.000 millones) se debatirá esta semana.
Los trabajadores del transporte suspenderán sus labores el jueves y viernes, y los empleados bancarios el viernes. Los funcionarios públicos, en tanto, pararán el próximo lunes.
El gobierno reiteró que en el contexto de una “extrema crisis financiera y económica” es necesario mantener los aumentos generales de impuestos y recortes de gasto que el gabinete aprobó el 4 de diciembre.
Sin embargo, algunos políticos anunciaron que es posible maniobrar las cifras si los aumentos de pensión y menores impuestos de propiedad para las familias pueden ser compensados por otros ahorros.