YPF invertirá US$ 30 mil millones en proyectos de esquisto

Buenos Aires

YPF, la empresa petrolera más grande de Argentina, dijo que invertirá más de US$ 30 mil millones en los próximos cinco años en una jugada que busca emular el boom del esquisto en Estados Unidos.

El compromiso convierte a la empresa controlada por el Estado en el mayor inversionista en Argentina en momentos en que el gobierno pro-mercado del presidente Mauricio Macri está en un impulso para atraer inversiones para consolidar un rebote económico después de seis años de estancamiento.

YPF continuará su impulso para desarrollar los enormes recursos no convencionales del país, con el campo de esquisto de Vaca Muerta en la Patagonia conteniendo las segundas reservas más grandes de gas de esquisto en el mundo. Su objetivo es aumentar la producción no convencional en un 150%, alcanzando la mitad de la producción total dentro de los próximos cinco años.

Se espera que la producción total de petróleo y gas aumente un 5% anual, para alcanzar 700 mil barriles de equivalentes de petróleo diarios en 2022.

Los esfuerzos de exploración se incrementarán, con la meta de que las reservas crezcan un 50%. YPF también pretende elevar la producción eléctrica –en gran parte a través de fuentes renovables- como parte de su esfuerzo por convertirse en una empresa energética completamente integrada.

Producción convencional

Aunque el desarrollo de los recursos de esquisto sigue siendo su prioridad, YPF también quiere reenfocarse en la producción convencional.

Los críticos dicen que esta quedó abandonada hasta que Macri reemplazó al equipo de administración de YPF poco después de que asumió el poder hace dos años, a pesar de que representaban la mayor parte de la producción de la compañía.

Los ejecutivos esperan mejorar la productividad recortando costos y operando más eficientemente, con algunos proyectos que ya no son viables porque sus contratos fueron firmados cuando los precios del petróleo eran hasta el doble de los precios actuales.

A principios de año, los sindicados aceptaron condiciones laborales más flexibles, ya que los altos costos laborales eran vistos como una de las barreras más grandes para el desarrollo de Vaca Muerta, a cambio de inversiones de empresas petroleras de hasta US$ 15 mil millones al año.

Alguna vez exportador neto de energía, la falta de inversión en los años recientes llevó al desplome de la producción, dejando a Argentina con un costoso déficit energético y una dependencia de las importaciones que han puesto una presión sobre el presupuesto.