El imperio empresarial de Elon Musk ha sufrido una ola de salidas de altos cargos durante el último año, a medida que las exigencias implacables del multimillonario y su activismo político aceleran la rotación entre sus principales filas.
Miembros clave del equipo de ventas en EEUU de Tesla, de las operaciones de baterías y tren motriz, del área de asuntos públicos, además de su director de sistemas de información, han partido recientemente, al igual que integrantes centrales de los equipos del robot Optimus y de inteligencia artificial (IA), en los que Musk ha apostado el futuro de la compañía.
La rotación ha sido aún más rápida en xAI, la startup de inteligencia artificial de dos años de antigüedad que Musk fusionó con su red social X en marzo. Su director financiero y su director jurídico renunciaron tras breves períodos, con apenas una semana de diferencia.
Estos movimientos forman parte del éxodo desde el conglomerado del hombre más rico del mundo, que maneja cinco compañías —desde SpaceX hasta Tesla— con más de 140 mil empleados. El Financial Times habló con más de una docena de empleados actuales y antiguos para entender la agitación interna.
Si bien muchos se fueron satisfechos tras años de servicio para fundar startups o tomarse descansos profesionales, también ha aumentado la cantidad de quienes renuncian por agotamiento o desencanto con los giros estratégicos de Musk, los despidos masivos y su política, dijeron las fuentes.
“Lo único constante en el mundo de Elon es lo rápido que quema a sus lugartenientes”, dijo uno de los asesores del multimillonario. “Incluso la junta bromea: existe el tiempo normal y el ‘tiempo Tesla’. Es una ética de trabajo estilo campaña, 24/7. No todo el mundo está hecho para eso”.
Robert Keele, director jurídico de xAI, terminó su período de 16 meses a comienzos de agosto publicando un video generado con IA de un abogado con traje gritando mientras paleaba carbón fundido. “Amo a mis dos hijos pequeños y no los veo lo suficiente”, comentó.
Mike Liberatore duró tres meses como director financiero (CFO) de xAI antes de pasarse al archirrival de Musk, Sam Altman, en OpenAI. “102 días — 7 días a la semana en la oficina; más de 120 horas semanales; me encanta trabajar duro”, escribió en LinkedIn.
Rivalidad con OpenAI
Sus lugartenientes más cercanos dicen que la intensidad de Musk se agudizó con el lanzamiento de ChatGPT a fines de 2022, que sacudió el orden establecido en Silicon Valley.
Los empleados también perciben que la rivalidad de Musk con Altman —con quien cofundó OpenAI, antes de distanciarse— está detrás de la presión que ejerce sobre el personal.
“Elon tiene una espina clavada desde ChatGPT y está dedicando cada momento de vigilia a intentar sacar a Sam del negocio”, dijo un alto ejecutivo que renunció recientemente.
La semana pasada, xAI acusó a su rival de robar ingenieros con el objetivo de “saquear y apropiarse indebidamente” de su código y secretos de centros de datos. OpenAI calificó la demanda como “el último capítulo en el acoso constante de Musk”.
Otros informantes señalaron incomodidad por el apoyo de Musk a Donald Trump y su defensa de provocadores de ultraderecha en EEUU y Europa.
Dijeron que algunos empleados temían tener conversaciones difíciles con sus familias sobre las opiniones polarizantes de Musk respecto a temas como los derechos de las personas transgénero o el asesinato del activista conservador Charlie Kirk.
Musk, Tesla y xAI declinaron hacer comentarios.
Éxodo en Tesla
Tradicionalmente, Tesla ha sido la parte más estable del conglomerado de Musk. Pero gran parte de su equipo directivo partió después de que en abril de 2024 la compañía recortara 14 mil empleos. Algunas salidas se detonaron cuando Musk desvió inversiones de nuevos proyectos de autos eléctricos y baterías —que muchos empleados veían como esenciales para su misión de reducir emisiones globales— hacia robótica, IA y robotaxis autónomos.
Musk canceló un programa para fabricar un auto eléctrico de bajo costo, de US$ 25 mil, destinado a mercados emergentes, conocido internamente como NV-91 y como Model 2 por los fanáticos en línea, según cinco personas al tanto del asunto.
Daniel Ho, quien supervisaba el proyecto como director de programas de vehículos y reportaba directamente a Musk, renunció en septiembre de 2024 y se unió a Waymo, la división de taxis autónomos de Google.
Los ejecutivos de políticas públicas Rohan Patel y Hasan Nazar, junto con el jefe de tren motriz y energía Drew Baglino, también renunciaron tras el giro estratégico. Rebecca Tinucci, líder de la división de supercargadores, se fue a Uber luego de que Musk despidiera a todo su equipo y ralentizara la construcción de estaciones de carga rápida.
A fines del verano, David Zhang, encargado de los lanzamientos del Model Y y Cybertruck, renunció. El director de sistemas de información Nagesh Saldi partió en noviembre.
Vineet Mehta, veterano de 18 años en la compañía, descrito como “crítico para todo lo relacionado con baterías” por un colega, renunció en abril. Milan Kovac, jefe del programa de robótica humanoide Optimus, se fue en junio.
Este mes le siguió Ashish Kumar, líder del equipo de IA de Optimus, quien se trasladó a Meta. “La ganancia financiera en Tesla era significativamente mayor”, escribió Kumar en X respondiendo a críticas de que se fue por dinero. “Tesla es conocida por pagar bastante bien, mucho antes de que Zuck lo pusiera de moda”.
En medio de una fuerte caída en ventas —que muchos atribuyen a que Musk alejó a clientes liberales— Omead Ashfar, un confidente cercano conocido como el “bombero” y “verdugo” del multimillonario, fue despedido como jefe de ventas y operaciones en Norteamérica en junio. Su adjunto Troy Jones lo siguió poco después, cerrando 15 años de servicio.
“El comportamiento de Elon está afectando la moral, la retención y la contratación”, dijo un lugarteniente de larga data. “Pasó de una posición en la que gente de todos los sectores lo admiraba, a solo un grupo reducido”.
Pocos de los que se van critican a Musk por miedo a represalias. Pero Giorgio Balestrieri, quien trabajó ocho años en Tesla en España, es de los pocos en hacerlo públicamente, afirmando este mes que renunció convencido de que Musk había hecho “un enorme daño a la misión de Tesla y a la salud de las instituciones democráticas”.
“Amo Tesla y mi tiempo allí”, dijo otro exejecutivo. “Pero nadie que yo conozca en la empresa deja de pensar en política. ¿Quién diablos quiere soportar eso? Me llaman al menos una vez por semana. Mi consejo es que, si tu brújula moral te dice que debes irte, esa sensación no va a desaparecer”.
Pero la presidenta de Tesla, Robyn Denholm, afirmó: “Siempre hay titulares sobre gente que se va, pero no veo los titulares sobre gente que llega.
“Nuestra reserva de talento es sobresaliente... en Tesla desarrollamos muy bien a las personas y seguimos siendo un imán para el talento”.
Rebelión en xAI
En xAI, algunos empleados se han rebelado contra el absolutismo de Musk en materia de libertad de expresión y su aparente laxitud frente a la seguridad de los usuarios, mientras apresura nuevas funciones de IA para competir con OpenAI y Google. Durante el verano, el chatbot Grok integrado en X elogió a Adolf Hitler, después de que Musk ordenara cambios para hacerlo menos “woke” (término que hace referencia a alguien que está consciente de temas sociales y políticos).
El ex CFO Liberatore fue uno de los ejecutivos que chocaron con el círculo cercano de Musk sobre la estructura corporativa y metas financieras exigentes, dijeron fuentes al tanto.
“Los leales a Elon, que replican sus rasgos, están despidiendo gente y tomando decisiones de seguridad que resultan muy preocupantes para quienes están dentro”, añadió una de las fuentes. “Mike es un hombre de negocios, un capitalista. Pero también es alguien que hace las cosas de la manera correcta”.
The Wall Street Journal fue el primero en informar algunos de los detalles de estas disputas internas.
Linda Yaccarino, directora ejecutiva de X, renunció en julio después de que la plataforma social fuera absorbida por xAI. Se había frustrado con las decisiones unilaterales de Musk y sus críticas sobre los ingresos por publicidad.
El cofundador y director de ingeniería de xAI, Igor Babuschkin, dimitió un mes después para fundar su propio proyecto de investigación en seguridad de IA.
Los ejecutivos de comunicaciones Dave Heinzinger y John Stoll pasaron tres y nueve meses en X, respectivamente, antes de volver a sus antiguos empleadores, según personas al tanto.
X también perdió a un grupo de altos ingenieros y personal de producto que reportaban directamente a Musk y estaban encargados de gestionar la integración con xAI.
Esto incluye al jefe de ingeniería de producto Haofei Wang y al líder de producto de consumo y pagos Patrick Traughber. Uday Ruddarraju, quien supervisaba la ingeniería de infraestructura de X y xAI, y el ingeniero de infraestructura Michael Dalton, fueron captados por OpenAI.
Musk no muestra señales de ceder. El “Ani bot” de xAI, de carácter coqueto, generó controversia por interacciones sexualmente explícitas con usuarios adolescentes de la app Grok. Pero el dueño de la compañía instaló un holograma de Ani en el lobby de xAI para recibir al personal.
“Él es el jefe, el alfa, y a cualquiera que no lo trate así, encuentra la manera de eliminarlo”, dijo un ex alto ejecutivo de Tesla.
“No tiene matices, es altamente calculador y enfocado... eso lo hace difícil para trabajar con él. Pero si compartes la meta final, y puedes aguantarlo, está bien. Mucha gente lo hace”.