Shanghai/Londres
El Presidente de China, Xi Jinping, anunció un objetivo moderado de reducción de emisiones para la próxima década, al tiempo que promovió el liderazgo global de su país en tecnología limpia y apuntó, sin nombrarlo directamente, a Estados Unidos por su inacción frente al cambio climático.
En un mensaje en video dirigido a la cumbre climática de la ONU, Xi afirmó que China reducirá sus emisiones de gases de efecto invernadero en hasta un 10% hacia 2035, y duplicará su capacidad instalada de energía solar y eólica respecto a los niveles actuales.
“La transición verde es la tendencia de nuestra época”, dijo el mandatario. “Aunque algunos países actúan en contra, la comunidad internacional debe mantener el rumbo correcto”, señaló, en aparente referencia a EEUU.
China es el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo y su compromiso con la reducción de emisiones es clave para alcanzar la meta del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C sobre niveles preindustriales.
Expertos climáticos esperaban que Beijing asumiera un compromiso más ambicioso, con recortes cercanos al 15%.
“La transición verde es la tendencia de nuestra época (...)Aunque algunos países actúan en contra, la comunidad internacional debe mantener el rumbo correcto”, dijo Xi.
“El nuevo objetivo climático de China es, a la vez, decepcionante y transformador”, dijo Andreas Sieber, director asociado de políticas de 350.org, quien destacó que este plan ancla a China en un camino donde la tecnología limpia definirá el liderazgo económico.
La presentación directa por parte de Xi fue interpretada como una señal del peso estratégico que el país otorga a su rol como principal productor de tecnología verde.
El mensaje siguió al del Presidente estadounidense, Donald Trump, quien calificó al cambio climático como “la mayor estafa de la historia”.
Xi, en contraste, pidió una mayor cooperación internacional en tecnologías verdes, un sector en el que China mantiene el liderazgo, aunque enfrenta barreras arancelarias de EEUU.
La meta de reducir entre 7% y 10% las emisiones para 2035 fue resultado de meses de debate entre los planificadores económicos e industriales del Gobierno chino, en un contexto marcado también por presiones deflacionarias.
El plan también considera elevar a más del 30% la participación de energías no fósiles en la matriz energética total y multiplicar por seis la capacidad de energía solar y eólica respecto a los niveles de 2020.
Este modesto objetivo ha puesto en duda la viabilidad de la meta de neutralidad de carbono para 2060 anunciada anteriormente por el propio Xi.
“Prometer poco y cumplir más”
Li Shuo, director del China Climate Hub de Asia Society, sostuvo que el Gobierno optó por una postura pragmática, pero a costa de dejar un vacío en el liderazgo climático global. “El objetivo anunciado decepciona a los ambientalistas y está lejos de lo que el mundo necesita”, dijo. No obstante, agregó que el dominio de China en tecnologías limpias podría permitirle superar las metas trazadas. “Con el tiempo, esto podría empujar al país hacia un rol más proactivo a nivel internacional”, sostuvo.
Grupos ambientalistas manifestaron un optimismo similar, recordando que China suele “prometer poco y cumplir más”, según Sieber.
Según datos que cubren cerca de tres cuartas partes de las emisiones, las emisiones de carbono de China en 2025 podrían mantenerse estables o incluso disminuir frente a 2024, en parte por la desaceleración del crecimiento manufacturero. Esto permitiría alcanzar antes de lo previsto el peak de emisiones comprometido para 2030.
En contraste, EEUU se retiró del Acuerdo de París bajo la administración Trump, favoreciendo el desarrollo de industrias basadas en combustibles fósiles.
En tanto, la Unión Europea no logró consensuar un plan vinculante para reducir emisiones antes de la Asamblea General de la ONU, en medio de presiones internas por la situación económica y la oposición creciente a políticas verdes. Solo se emitió una “declaración de intención” para recortar entre 66,3% y 72,5% las emisiones hacia 2035.
Según el centro de estudios británico Ember, China fue el mayor inversionista global en energía limpia en 2024, con un gasto de US$ 625 mil millones, equivalente a casi un tercio del total mundial. Este impulso ha contribuido a reducir drásticamente los costos de tecnologías como energías renovables, vehículos eléctricos y baterías.
A nivel interno, Ember destacó que esta rápida expansión ha generado una estabilización en el uso directo de combustibles fósiles en la economía china.
Más de 50 países presentaron nuevos planes climáticos en la ONU la semana pasada. “La ciencia exige acción. La ley lo ordena. La economía lo impulsa. Y la gente lo clama”, declaró el secretario general de la ONU, António Guterres.