Por María Ignacia Alvear C.
La agitación social en Grecia se ha incrementado a su punto máximo en décadas. Las violentas protestas y masivos paros de los funcionarios públicos en contra de las políticas económicas del gobierno obligaron al primer ministro George Papandreou a anunciar un referéndum, una decisión arriesgada porque una respuesta negativa hubiera terminado con la ayuda europea para ese país y en la práctica hubiera significado la salida de Grecia de la moneda común.
Pero a pesar de las protestas, nadie en Grecia -ni en el gobierno ni en la oposición-, cuenta con una propuesta concreta sobre cómo regresar al dracma y sacar a la golpeada economía del bloque del euro.
Por esta razón, en gran medida, el premier decidió ayer dar marcha atrás en su anuncio y abandonar la idea de convocar al referéndum. “Estoy satisfecho de que no vayamos a una consulta popular, porque ése no era mi propósito en sí”, dijo Papandreou, y agregó que siempre había dicho que si había apoyo (por parte de la oposición), no había necesidad de un referéndum.
En un extenso discurso ante el parlamento, el primer ministro descartó además las versiones que circularon durante toda la mañana sobre su eventual renuncia y aseguró que bajo las actuales circunstancias sería irresponsable dejar el cargo y reafirmó que su intención es salvar a Grecia.
Más temprano, fuentes citadas por Reuters habían asegurado que Papandreou había alcanzado con un acuerdo con un grupo de ministros para dimitir y que entregaría el poder a un gobierno de coalición si le ayudan a ganar la moción de confianza que se vota hoy.
El ministro de Finanzas Evangelos “Venizelos le dijo que debía hacer una retirada elegante tanto por él mismo como por el bien del partido, y que los ministros le ayudarán a hacerlo”, señaló la fuente. “Esto es si sobrevive a la moción de confianza, lo que no es en absoluto seguro”.
Se especula que el partido opositor Nueva Democracia dijo que habría un gobierno apolítico que gobernará entre un mes y seis semanas, pero que la dimisión de Papandreou es clave. “Ni siquiera queremos tener a nuestra gente en este gobierno. De hecho, lo mejor sería que fuera apolítico”, comentó un alto cargo del partido. Ambos partidos están de acuerdo con que este gobierno provisional ratificaría el acuerdo de rescate y luego convocaría elecciones. Si las gana la actual oposición, se supone que trataría de renegociar el acuerdo de rescate.
“Sólo queremos hablar y cambiar lo que no está funcionando. Por ejemplo, hemos visto que cada vez que suben los impuestos bajan los ingresos fiscales”, explicó un dirigente de Nueva Democracia.
Sí al euro
Pero más allá del descontento de los griegos por las medidas de ajuste de recibir el rescate, la posibilidad de abandonar de la zona euro y de una vuelta al dracma, está muy lejana para los analistas, ya que las autoridades ni siquiera cuentan con un plan de salida de la eurozona. “Las encuestas están diciendo que los griegos se están dando cuenta de que no les conviene abandonar el euro y lo están apoyando cada vez más”, dijo a Diario Financiero el profesor de Economía de LSE, Christopher Pissarides. “Nunca creyeron que terminarían en esto. No hay un plan para una política económica fuera del euro”, añadió.