Por Benjamin Robertson
Los intentos de China por arrebatarle las islas Diaoyu a Japón son similares al comportamiento de Rusia por controlar Crimea, comentó una autoridad japonesa a South China Morning Post.
“Es como si China, respaldándose en su poder, tratara de cambiar el status quo. Esa es nuestra interpretación”, comentó Yasutoshi Nishimura, el viceministro de la oficina del gabinete. “Eso es casi equivalente a lo que está ocurriendo actualmente en Crimea, con Rusia anexándose Crimea”.
Beijing y Tokio se han trabado en una amarga confrontación por la soberanía de las islas del Mar del Este de China, conocidas como Senkaku en Japón, desde fines de 2012 cuando el gobierno nipón las compró a un privado.
Las tensiones han avivado la preocupación internacional sobre la posibilidad de que ocurra una confrontación entre los dos países –la segunda y tercera economía del mundo después de EEUU– a medida que los aviones japoneses y chinos y los barcos patrulleros vigilan alrededor del territorio en disputa.
Nishimura es responsable de ayudar a elaborar la política económica como parte de los esfuerzos del primer ministro Shinzo Abe para revitalizar a la economía a través de las tres reformas conocidas como Abenomics.
La autoridad reiteró la posición de su gobierno sobre que las islas en disputa son una parte integral de Japón.
Añadió que los dos países deberían “volver a lo esencial” y establecer una “relación estratégica mutuamente beneficiosa”.
El ministro de Relaciones Exteriores japonés, Fumio Kishida, dijo a SCMP en una entrevista a comienzos de este mes que esperaba que un “intercambio sincero de puntos de vista” llevaría a conversaciones de alto nivel para resolver sus diferencias.
Nishimura estuvo en Hong Kong para asistir a una conferencia y promover Japón entre inversionistas extranjeros, cautelosos frente a un país con un historial de dos décadas de deflación y crecimiento anémico. La autoridad delineó las reformas del gobierno en agricultura, inmigración, gestión de fondos de pensiones estatales y salud.
Los intentos de gobiernos anteriores para reformar estos sectores terminaron en fracaso después de reacciones hostiles de poderosos grupos de lobby de la industria.
Kishida también detalló los planes del gobierno para subsidiar jardines infantiles para ayudar a mujeres a desarrollar sus carreras y para permitir a los practicantes extranjeros entrar a algunas industrias. “Es ahora o nunca. Tenemos que desarrollar reformas de gran amplitud. Puede que haya mucha resistencia”, indicó Nishimura.