Internacional
La receta alemana para convertirse en una potencia exportadora global
Ilja Nothnagel, economista de la Asociación de Cámaras Alemanas de Comercio, explica el éxito del modelo germano.
Por: Equipo DF
Publicado: Lunes 3 de septiembre de 2012 a las 05:00 hrs.
Por Marco Fajardo
Un modelo industrial de mercados diversificados, que ha cosechado los frutos de una reforma a la legislación laboral de 2003, ha permitido a Alemania despegarse de la crisis económica de sus vecinos, señala Ilja Nothnagel, economista jefe de la Asociación Gremial de las Cámaras Alemanas de Comercio e Industria (DIHK), en una entrevista con DF.
Alemania es el segundo exportador mundial, sólo superado por China, y sus principales mercados son Francia, Estados Unidos, Holanda, Reino Unido y China.
“Lo que vemos son los frutos de las reformas que realizó Alemania entre 2003 y 2006”, explica Nothnagel.
“Alemania estaba en una situación económica difícil y tomó medidas para hacer más competitiva su economía. Una fue flexibilizar el mercado laboral. Para las empresas es más fácil adaptar la contratación de personal a la demanda”.
Añade que también se simplificó el sistema tributario. Otra clave fue la búsqueda de nuevos mercados, tanto para la exportación como la producción. Las empresas alemanas aprovecharon la difícil situación del mercado interno para internacionalizarse, asegura.
“No es que los alemanes hagan las cosas especialmente mejor y que el resto las hagan peor, sino que Alemania hizo las reformas primero”, sintetiza.
Nothnagel también destaca que los productos alemanes además encajan con la demanda de los mercados emergentes. “Cuando las economías en países como China o Brasil se fortalecen, necesitan máquinas y productos químicos, y esos son rubros donde muchas empresas alemanas son líderes mundiales”, señala.
Además ayuda la marca “Made in Germany”, porque los clientes relacionan Alemania con calidad.
Crisis europea
Aún así, Nothnagel admite que la crisis europea ha impactado en la primera economía europea. “Las empresas alemanas sienten la disminución de la demanda de Europa. Un 40% de las exportaciones alemanas van a la eurozona”. Esto se compensa sólo en parte por mayores envíos a Asia, Latinoamérica y EEUU.
La desaceleración de China también ha perjudicado a Alemania. “Es un problema porque es uno de los principales mercados y porque China es un indicador para la economía mundial”. La ralentización de China se retroalimenta con el menor crecimiento de sus dos principales mercados, Europa y EEUU, afirma. Sin embargo, confía en que la desaceleración sea “pasajera”.
La DIHK espera que este año las exportaciones crezcan 4% y 6% en 2013, tras un 8,2% en 2011 y 13,7% en 2010.
“Hay una notable ralentización”, admite, pero rescata que “aún así es crecimiento”.
Entre los sectores más afectados está la industria, especialmente las automotrices, “a las que les va muy bien, con excepción de Europa”. Otro efecto de la crisis europea es que las empresas se sienten “inseguras”, lo que disminuye o paraliza las inversiones.
El desafío europeo
El experto admite que Europa enfrenta enormes desafíos en productividad. “Al final las condiciones siempre son las mismas: un ambiente amigable con las empresas, normas e impuestos razonables, y jóvenes bien formados”, dice.
También se requiere flexibilizar los mercados. “En Grecia, por ejemplo, había un cierto número de licencias para el transporte de contenedores. Ese número fue congelado en 1960. Eso hace que el precio suba astronómicamente”.
Además está aumentar la edad de jubilación. “En Europa la esperanza de vida es de 88 años, entonces no se puede jubilar a los 60, ningún país se puede dar ese lujo”.
Nothnagel pide paciencia con las reformas. “Los efectos no se notan de un día para otro. Lo importante es no cejar en ellas y llevarlas a cabo. Por ejemplo, Grecia tiene una agenda de reformas, pero lo único que han podido materializar son los aumentos de impuestos”.