Por Isabel Ramos Jeldres
Las autoridades de la Unión Europea siguieron ayer evaluando estrategias para terminar con la crisis que comenzó en Grecia y que se acercó ayer al corazón mismo del euro. El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, estaría preparando una reunión de emergencia de los líderes europeos para el viernes, luego de que los ministros de Finanzas reconocieran por primera vez que puede ser necesaria una suerte de default de Grecia para reducir la deuda de Atenas y evitar el contagio hacia Italia y España.
“Habrá una reunión extra el viernes”, dijo un diplomático senior a Reuters, dando a entender que las autoridades ahora tienen un sentido de urgencia, luego de que los mercados comenzaran a presionar los activos italianos.
Más temprano, el ministro de Finanzas de Alemania había dicho que un segundo paquete de rescate a Grecia podría esperar hasta septiembre, luego de que los ministros de Finanzas de la euro zona aceptaran que la participación de los acreedores privados significa que es probable un default de deuda selectivo, pese a la vehemente oposición del Banco Central Europeo.
Lo mismo había reconocido de forma más explícita el ministro de Finanzas de Holanda, Jan Kees de Jager. Un default selectivo “ya no está excluido. Obviamente el Banco Central Europeo ha afirmado en una declaración que mantenía su posición, pero los 17 ministros (de la eurozona) ya no lo excluyen, así es que tenemos más opciones, un espectro más amplio”.
El ministro de Finanzas helénico, Evangelos Venizelos, aumentó la presión sobre sus pares europeos diciendo que Grecia necesita un nuevo paquete de ayuda internacional para el 15 de septiembre, y adelantó que está preparado para impulsar nuevas medidas de austeridad y privatizaciones para asegurar la ayuda.
Venizelos se comprometió a cumplir de forma rigurosa su reforma y metas de ingresos, pero aclaró que sin importar lo que Atenas haga, los mercados nunca estarán satisfechos. “Todos saben que Grecia no es el problema. Grecia es la excusa para atacar al euro”.
El Instituto de Finanzas Internacionales, que representa a los acreedores privados, llamó a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional a consensuar un plan para Grecia en los próximos días, para evitar que los mercados “salgan de control”.
Sin embargo, la nueva directora gerente del FMI, Christine Lagarde, negó que la institución esté negociando con el bloque regional las condiciones de un segundo rescate a Atenas. “En lo que se refiere a un posible nuevo programa, en mi visión no estamos en la etapa de discutir las condiciones, términos, duración y volumen, y nada debe darse por sentado”, aseguró Lagarde, que asumió el cargo el 5 de julio.
Respuesta conjunta
España es otro de los países que ha estado en el ojo del huracán. El jefe del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llamó a los grandes países de la eurozona a actuar con responsabilidad. “Sólo una respuesta conjunta europea y de la eurozona devolverá la tranquilidad a los mercados”, afirmó. “Estamos dispuestos a comprometernos en la sostenibilidad de la deuda griega, pero todos los países de la eurozona tienen que asumir su responsabilidad y de manera singular los países más poderosos”, declaró tras reunirse con van Rompuy. Rodríguez Zapatero pidió una respuesta “contundente, clara y rápida”.
La creciente probabilidad de un default golpeó nuevamente a los mercados europeos, especialmente a las acciones de los bancos. Sin embargo, los mercados se calmaron luego de una supuesta intervención del Banco Central Europeo. No se sabe si el BCE realizó compras de deuda pública de los países periféricos, pero su sola intención de hacerlo provocó un quiebre en las sesiones bursátiles europeas.
En Italia, el primer ministro Silvio Berlusconi intentó calmar los temores, comprometiéndose a acelerar las medidas de reducción de la deuda (que en 120% del PIB es la segunda más alta de la Unión Europea), y obtener un superávit primario este año.
El 1,8 billón de euros de endeudamiento en términos nominales son más que la deuda combinada de Grecia, España, Portugal e Irlanda.
El rendimiento de los bonos a diez años llegó en la jornada a su mayor nivel desde 1997 y la prima que los inversionistas demandan por mantener deuda italiana en lugar de bunds alemanes llegó a un récord de la zona euro, antes de caer.