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”No hay evidencia de descontento, pero en China siempre hay tensiones bajo la superficie”

Mientras el mundo sigue de cerca el impacto de la desaceleración en el crecimiento global, Beijing está enfocado en lograr una transición suave, para evitar un estallido social potencialmente crítico.

Por: | Publicado: Lunes 14 de abril de 2014 a las 05:00 hrs.
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Por Constanza Morales Huidobro



Las señales de desaceleración en China generan creciente preocupación entre los inversionistas y autoridades a nivel mundial, particularmente en las naciones emergentes, que dependen en gran medida de la demanda del gigante asiático por materias primas.

Por eso, las amenazas de un “aterrizaje forzoso” en China han sido extensamente analizadas desde el punto de vista macroeconómico. Mucho menos se sabe, sin embargo, sobre lo que está ocurriendo a nivel de los altos líderes sobre el manejo económico, el respaldo político a las reformas dentro del Partido Comunista y la percepción de la población sobre el menor crecimiento.

Steve Tsang, director del Instituto de Política de China de la Universidad de Nottingham, asegura que el menor dinamismo todavía no está afectando la situación de la gente común, aunque reconoce que con una población de 1.300 millones de habitantes, el potencial de conflictos sociales es alto, y el gobierno está manejando cuidadosamente la transición para evitar un estallido. “Las protestas ocurren en números bastante grandes a diario. El gobierno solía tabular esa información, pero cuando se llegó a una cifra de 90 mil protestas anuales, la tipificaron como información clasificada”.

Imagen foto_00000005- ¿Cómo está abordando el Partido el cambio económico por el que está pasando el país?

- Lo está manejando muy cuidadosamente. Aunque los líderes no quieren una desaceleración económica, sí quieren eliminar los desequilibrios que existen actualmente en la economía, incluyendo asuntos como la deuda y el riesgo moral. Están tratando de manejarlo para que el reequilibrio no cause inestabilidad social.

- ¿Está todo el Politburó apoyando las reformas económicas?

- No hay ningún desacuerdo que podamos ver en el máximo liderazgo. Obviamente hay desacuerdos en términos de cómo se hace el reequilibrio en pasos específicos, pero no hay desacuerdo sobre el principio general de reforma y la dirección que se debe seguir.

- ¿Cuáles son esos desacuerdos?

- No lo sabemos con certeza porque esa es información altamente clasificada, tal como no sabemos qué ocurre en las discusiones del Consejo de Seguridad Nacional cuando está presente el presidente de Estados Unidos. Pero lo que sí sabemos es que siempre hay discusiones sobre cuán rápido van a avanzar, cuán lejos van a llegar, cuánto riesgo pueden tomar, cuáles son las cosas necesarias y esenciales que deben hacer.
Siempre hay desacuerdos sobre estos temas, tal como ocurre en cualquier gobierno.

- ¿Podría haber una revuelta dentro del partido?

- No en el nivel más alto. Actualmente, hay un acuerdo general respecto de hacia dónde van las cosas. El presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang están trabajando juntos. Xi es el número uno y Li el número dos en la jerarquía del partido y ellos no tienen una gran discrepancia que podría eventualmente provocar una ruptura en el liderazgo. Ellos tienen diferencias, pero al parecer pueden resolverlas.

- ¿Cuál es la reacción de los gobiernos locales frente a las reformas y las medidas de menor gasto?

- Se tiene todo el espectro de diferentes respuestas a lo largo del país. Algunas autoridades locales no tienen otra opción que aceptar lo que Beijing les pide que hagan. Otras sólo hablan de la boca para afuera. Beijing sabe esto y por eso Xi está tratando de fortalecer la disciplina y la capacidad del Partido Comunista. Él está usando la disciplina para que las administraciones locales se ajusten más a las directivas del gobierno central, pero eso es más fácil decirlo que hacerlo.

- ¿Qué pasa con la sociedad china? ¿Cómo está tomando la gente común todos estos cambios?

- Las personas comunes y corrientes están mucho más preocupadas de lo que les pasa en el día a día, de temas como la calidad del aire que respiran, que de si el gobierno se está moviendo en la dirección correcta con las reformas generales y el manejo de la economía.
Para la mayoría de la gente, la economía todavía está funcionando bien, lo que es verdad, y el estándar de vida aún no ha sido afectado. Esto es porque las personas no incluyen en sus cálculos de nivel de vida la calidad del aire, la seguridad alimentaria o el suministro de agua.
No hay mucha evidencia que muestre que existe un descontento significativo en China, pero debajo de la superficie siempre hay tensiones, porque hay una gran cantidad de temas por los que la gente está preocupada.
En todo caso, el hecho que estos procesos sean lentos limita el alcance de las acciones de la población. Si la calidad del aire es tal que uno va a morir en cinco días, uno reacciona inmediatamente. Si la contaminación daña la salud y reduce la expectativa de vida en cinco años, a la gente no le gusta, pero no van a salir a la calle por eso.

- Algunos analistas afirman que mientras la economía siga creciendo a una tasa razonable que permita crear suficiente empleos, todo estará bien en China. ¿Está de acuerdo?
-
 Hasta cierto punto sí. Es un requisito básico, pero se necesita mucho más que eso. Incluso el liderazgo del Partido Comunista se da cuenta de que es más que un asunto de ritmo de expansión. Es un paquete completo, que incluye mejores gobiernos y mejoras generales en las condiciones en las que vive la gente. Por eso se ha introducido la campaña anti corrupción, porque así la gente se siente mejor sobre sus gobernadores.

- ¿Qué tan vulnerable es China a la agitación social?

- Depende de a qué se refiera uno con agitación. Si se habla de grandes incidentes de protestas, entonces están ocurriendo en números bastante grandes a diario. De hecho, la frecuencia es tan alta, que el dato es información clasificada. El gobierno solía tabular esa información, pero cuando se llegó a una cifra de 90 mil por año, la clasificaron y ahora no dicen cuántos incidentes ocurren cada año.
Dicho eso, esto no significa que va a haber suficientes como para causar una inestabilidad en el país que pudiera amenazar el poder del Partido Comunista. China es una nación muy grande con más de 1.300 millones de habitantes, por lo que si el número de incidentes aumentara a 100 mil al año, sería bastante, pero no sería tan abrumador como se podría pensar.

¿Qué tan hondo ha pisado el freno?

Imagen foto_00000001El debate sobre la desaceleración de China recibirá información fresca este miércoles, cuando Beijing informe las cifras de crecimiento del PIB en el primer trimestre.

Las cifras serán observadas de atentamente por una economía global cada vez más dependiente del gigante asiático para su crecimiento. La mayoría de los expertos proyecta que el ritmo de expansión  se desaceleró a 7,3% en los primeros tres meses de 2014, por debajo de la meta del gobierno de 7,5% para la totalidad del año. Pero el rango para los pronósticos es amplio.

Mientras Sian Fenner, de Oxford Economics, es el más optimista, apostando a que se repetirá la tasa de 7,7% del cuarto trimestre de 2013, Carl Weinberg, de High Frecuency Economics es el más negativo, con una proyección de 6,8%, un nivel de crecimiento que gatillaría problemas estructurales en la segunda economía del planeta.

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