Países con más crecimiento no son los más satisfechos
Los chilenos están menos felices con sus vidas que los ciudadanos de Guyana, El Salvador, Paraguay y Guatemala, entre otros.
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Los ciudadanos de aquellos países que han
experimentado un crecimiento económico acelerado en los últimos años se
encuentran menos satisfechos con sus vidas que los ciudadanos que viven en
países con tasas más bajas de crecimiento, según el estudio "Desarrollo en las Américas", elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Es así como los niveles de
satisfacción en Trinidad y Tobago, Chile, Perú y Ecuador —los países con mayores
tasas de crecimiento en la región en los últimos años—, son inferiores a los de
países como Guyana, El Salvador, Paraguay y Guatemala, cuyas economías
evidenciaron poco o ningún crecimiento.
El estudio fue presentado en
Washington D.C. de manera simultánea para toda la región. El lanzamiento fue
encabezado por el Presidente del BID, Luis Alberto Moreno y el Economista Jefe
interino del Banco, Eduardo Lora. Además, contó con la presencia de José
Miguel Insulza, Secretario General de la Organización de los Estados
Americanos (OEA), Alejandro Foxley, Ministro de Relaciones Exteriores de
Chile y Carol Graham, investigadora senior en política exterior y desarrollo
en Brookings Institution.
Cerca de 40 mil personas en 24
países de América Latina y el Caribe fueron entrevistados acerca de cómo
perciben ciertos aspectos clave de sus vidas, entre ellos la calidad de la
educación, salud, vivienda y empleo.
Satisfacción
Los niveles de satisfacción no son
necesariamente los más altos en los países más ricos, en aquellos donde se
brindan los mejores servicios sociales, o en los de mayor crecimiento. Países en
la región con altos ingresos per cápita, como Brasil, Argentina, Chile y Uruguay
mostraron niveles de satisfacción de vida moderados, y se ubicaron detrás de
países con menor ingreso per cápita, como Guatemala, Colombia y
Jamaica.
"En términos generales, los
latinoamericanos están satisfechos con sus vidas, pero curiosamente, las
personas que viven en algunos de los países más pobres, son los más optimistas,
mientras que los ciudadanos de algunos de los países más desarrollados se
encuentran entre los más pesimistas", dijo el presidente del BID, Luis Alberto
Moreno.
"No es sorprendente que personas con mayores ingresos se encuentren más
satisfechas con sus vidas que aquellas con menores ingresos. Sin embargo, el
crecimiento económico alienta el descontento en lugar de generar mayor
felicidad, al menos en el corto plazo", indicó.
Las percepciones pueden estar
influenciadas por diferencias culturales y por el progreso económico reciente de
un país. El estudio muestra que el crecimiento económico acelerado hace que las
aspiraciones de las personas por un mejor estilo de vida crezcan aún más. Los
cambios rápidos en la economía, y no solamente en los niveles de ingreso o
consumo, afectan los niveles de satisfacción en el corto
plazo.
"Los gobiernos que concentran sus
políticas únicamente en el crecimiento, están destinados a perder apoyo a largo
plazo si no responden a las altas expectativas que acompañan al crecimiento en
áreas como la educación, la salud y la distribución de ingresos", explica
Eduardo Lora, economista jefe interino del BID y coordinador del estudio. "La
dificultad radica en responder a esas demandas sin eliminar el
crecimiento".
América Latina y
el Resto del Mundo
El informe "Desarrollo en las
Américas" de este año, titulado "Calidad de Vida: Más Allá de los Hechos",
revela que las percepciones de las personas en la región sobre la educación y el
empleo pueden diferir de la realidad.
Los datos de la encuesta muestran,
por ejemplo, que la mayoría de personas en América Latina y el Caribe están
satisfechas con la educación pública, a pesar de que los estudiantes de la
región obtienen bajos resultados en las pruebas internacionales de rendimiento
escolar.
Venezuela, Uruguay, Paraguay,
Bolivia, Honduras y República Dominicana, por ejemplo, mostraron niveles
superiores de satisfacción con la educación respecto a Japón, a pesar de que los
estudiantes de esos países rindieron en promedio 35% menos que los
estudiantes japoneses, de acuerdo al estudio.
El informe también indica que el 81% de las personas en la región están satisfechas con sus trabajos, un
promedio mayor que los trabajadores de países con mayores ingresos per cápita,
como Japón y Corea del Sur. La satisfacción es mayor a pesar de que un cuarto de
la población en la región no gana lo suficiente para estar encima de la línea de
la pobreza, o que la proporción de personas auto empleadas o con trabajos sin
remuneración se haya incrementado.
La región mostró en general altos
niveles de satisfacción con sus vidas, en comparación con otras regiones del
mundo, incluso después de tomar en cuenta las diferencias de ingresos (ver
gráfico). América Latina registró en promedio un nivel de satisfacción de vida
de 5.8, superior a Europa y Asia Central, pero inferior al 7.5 registrado en
América del Norte y el 7.2 de Europa Occidental.
Casi el 80% de la
población en la región dice estar satisfecha con su situación de vivienda, más
que los encuestados en Europa y Asia Central. En general, el 85% de
los entrevistados en la región dijeron sentirse satisfechas con su salud,
comparable a la mayoría de otras regiones, pero más que los encuestados de
Europa y Asia Central.
Escala de
Satisfacción
Los ciudadanos de Costa Rica,
Panamá, México y Venezuela expresan los mayores niveles de satisfacción de vida
en la región. Ecuador, Nicaragua, República Dominicana y Haití —el único país de
la encuesta cuya economía se contrajo en ese periodo— registraron los niveles
más bajos de satisfacción (vea el gráfico de más
abajo).
Los ciudadanos de países con mayor
crecimiento económico están a menudo menos satisfechos con sus condiciones de
salud, vivienda y empleo, y con los servicios educativos proporcionados por sus
respectivos gobiernos. En contraposición, la mayoría de países con un
rendimiento económico bajo, a excepción de Haití, se encuentran entre los más
satisfechos.
Los chilenos son los menos
satisfechos en relación con sus condiciones de salud, educación, vivienda y
empleo. Los ciudadanos de Costa Rica se encuentran entre los más satisfechos con
esos servicios.
A nivel individual, los ciudadanos
de menores ingresos de cada país reflejaron mayores niveles de satisfacción en
relación con la educación, la vivienda, el empleo y la salud, una indicación de
que pueden tener menores aspiraciones que las personas con mayores ingresos,
señala el estudio.
Más Allá del
Ingreso
Además de mayores ingresos, muchos
otros factores pueden afectar la satisfacción de las personas con sus vidas y
sus respectivos países. Algunos de ellos están fuera del alcance de las
políticas públicas, como las relaciones familiares, las amistades y las
creencias religiosas. Otros, sin embargo, pueden ser objeto de acción
gubernamental.
La encuesta muestra que la
satisfacción de vida en la región puede reducirse enormemente si los ingresos de
las personas no son lo suficientemente estables como para asegurar que puedan
adquirir alimentos de consumo básico, mantener su salud, conservar sus activos y
una vivienda accesible.
"Las conclusiones del estudio
incrementan la urgencia de los gobiernos por mantener o incluso expandir
programas como las transferencias condicionadas, particularmente en aquellos
países que están sufriendo un descenso marcado en las remesas de sus
trabajadores migrantes", dijo Moreno.
Empleo
Otro resultado fundamental del
estudio está referido a la satisfacción con el empleo. Lo que importa a la
mayoría de personas en la región es tener un empleo que le otorgue independencia
y que sea un lugar donde sientan que sus opiniones sean escuchadas. La seguridad
social y otros beneficios laborales juegan un papel menor en los niveles de
satisfacción laboral.
Los resultados desafían el sentido
común sobre lo que es importante para los trabajadores, y ofrecen a los
gobiernos una oportunidad para repensar las políticas laborales y de seguridad
social que se deben aplicar durante períodos de lento crecimiento
económico.
El crimen es otra preocupación
central entre los ciudadanos de América Latina y el Caribe. Sesenta por ciento
de los entrevistados —el porcentaje más alto entre todas las regiones del mundo—
no se sienten seguros de caminar a solas durante la
noche.
Un alto desempleo impulsado por un
lento crecimiento económico puede alimentar el conflicto en las ciudades —donde
vive el 77 por ciento de la población de la región— lo que incrementa en los
gobiernos locales la necesidad de adoptar políticas que reduzcan la violencia y
fortalezcan la seguridad pública, dijo Lora.
La
encuesta
El estudio, una investigación sin
precedentes de las percepciones públicas en la región, usa información de
la Encuesta
Mundial Gallup de 2007 (Gallup World Poll) y de otras
investigaciones encargadas por el propio Banco para complementar la encuesta.
Ciudadanos de América Latina y el Caribe fueron consultados sobre la forma en
que perciben aspectos claves de sus vidas, incluyendo la calidad de la
educación, los servicios de salud, la vivienda y el empleo. A los encuestados se
les pidió calificar su satisfacción con la vida en base a una escala de cero a
diez, siendo cero el nivel más bajo de calificación
posible.
Gallup entrevistó a más de 40.000
personas en 24 países de América Latina y el Caribe entre noviembre de 2005 y
diciembre de 2007. El margen de error de la encuesta varía en relación a cada
país, y oscila entre el 3.1 por ciento y el 5,1%.