Internacional

S&P baja en dos grados calificación de España por alza en probabilidad de salvataje a la banca

Consejo Europeo convocaría a una cumbre extraordinaria de líderes regionales para aunar los esfuerzos por impulsar el crecimiento económico.

Por: | Publicado: Viernes 27 de abril de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Isabel Ramos Jeldres



Justo cuando los mercados daban un respiro a España (lo que hacía especular a algunos que se había acabado el “acoso”), la agencia Standard & Poor’s podría haber dado el golpe de gracia a la economía ibérica al bajar su calificación de deuda, argumentando que la contracción de la actividad podría derivar en un colapso de la banca.

S&P redujo la calificación en dos grados a BBB+, y dejó la perspectiva en negativa, lo que significa que podría volver a rebajarla en los próximos meses. La agencia advirtió que es probable que se produzca un deterioro de la trayectoria presupuestaria de España, en un contexto de contracción económica.

“Al mismo tiempo, vemos una probabilidad creciente de que el gobierno español deba entregar mayor apoyo fiscal al sector bancario. Como consecuencia, creemos que hay mayores riesgos de que la deuda fiscal neta de España suba aún más”, dijo la agencia a través de un comunicado.

Según S&P, “el sistema bancario comercial español ha aumentado bruscamente su dependencia de las fuentes de financiamiento oficial hasta un nivel considerablemente mayor del que anticipamos en enero”, cuando se realizó la última rebaja de la calificación.

En marzo, el gobierno de Mariano Rajoy subió la meta para el déficit fiscal este año de 4,4% del Producto Interno Bruto a 5,8%. Pero, según la agencia, es “poco probable que se alcancen esos objetivos debido al entorno económico y financiero”.

El lunes el gobierno informaría que el país se contrajo 0,4% en el primer trimestre, frente a los tres meses previos, con lo que acumularía dos trimestres sucesivos de caídas y caería oficialmente, por lo tanto, en una recesión técnica.



Giro al crecimiento


Mientras el panorama se oscurece rápidamente en España, la preocupación por el impacto que puedan tener los planes de austeridad en el crecimiento se está tomando la agenda en Europa. Primero fue el candidato socialista a la presidencia de Francia, François Hollande, quien puso el énfasis en la expansión. Le siguió el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y la canciller alemana Angela Merkel. Ayer fue el turno del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien estaría evaluando convocar a una cumbre extraordinaria de líderes europeos, antes de su cita del 28 y 29 de junio, para acordar medidas que fomenten el dinamismo.

“El debate sobre el crecimiento está ocupando un lugar central en toda Europa y con razón. De hecho, nunca estuvo ausente, sólo menos visible”, afirmó Van Rompuy. “Europa necesita un crecimiento económico estructurado, y podemos lograrlo, pero las reformas llevan tiempo, en estos momentos son la más alta prioridad política para los líderes europeos”, agregó.

Además, Bruselas podría incluir un anexo al tratado de presupuesto, en el cual se detallaría qué medidas pueden tomar los países para impulsar el crecimiento. La propuesta contemplaría aumentar la competitividad y realizar reformas estructurales, y estaría lista para el 18 de junio, cuando comienza la cumbre del G20 en México, dijo un funcionario del gobierno alemán a Reuters.

Además de Van Rompuy, el primer ministro italiano Mario Monti como su par belga Elio Di Ruppo se mostraron a favor de que la política de recorte de gastos que han adoptado los países de la región, y que ha sido promovida por Alemania, se acompañe de la implementación de planes de estímulo, para no ahondar aún más la recesión que se expande por Europa. El Reino Unido y Bélgica ya enfrentan su segunda recesión en menos de tres años, y Grecia está en una depresión que se arrastra por cuatro años.

“Si no hay demanda, el crecimiento no se materializará. Todas las reformas que estamos implementando son deflacionarias”, dijo Monti.

El miércoles, Merkel hizo un cambio en su discurso y apoyó el llamado de Draghi a hacer un compacto de crecimiento. Alemania ha sido el mayor defensor de la austeridad como la solución a la crisis, pese a las críticas por su impacto en la expansión.

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