Internacional

Salida de Grecia de la eurozona sería manejable

John Williamson Miembro senior del Peterson Institute for International Economics

Por: | Publicado: Viernes 10 de febrero de 2012 a las 05:00 hrs.
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Esta semana gran parte de la atención ha estado centrada en Grecia, con la “troika” (el FMI, la UE y el BCE) de regreso en Atenas para negociar, con el objetivo de imponer condiciones más duras a Grecia en vista de que continúa sufriendo un importante déficit primario.



Una idea que ha ganado gran apoyo es depositar una parte de los fondos de rescate en una cuenta bajo custodia de un tercero, los que sólo podrían usarse para pagar los intereses de la deuda reestructurada, con fondos disponibles para seguir pagando el gran déficit primario restante restringido al saldo de los préstamos de rescate.

Esto garantizaría que los tenedores de la deuda helena reestructurada confíen en obtener lo que se acordó. (La otra nueva nueva idea -designar a un “zar” de la UE para supervisar las políticas macro de Grecia- causó ira por representar un asalto a la soberanía griega y fue rápidamente desechada).

Las negociaciones ocurrieron en simultáneo a una amplificación de las protestas populares griegas contra la austeridad impuesta al país. Aquellos de nosotros que consideran que la esencia del problema griego es la falta de competitividad fueron desilusionados de saber que estas protestas incluyeron resistencia a recorte alguno en los salarios del sector privado.

Esto hace cada vez más difícil saber cómo Grecia puede permanecer en el euro, y la idea de una posible salida de Grecia de la unión monetaria ha seguido ganando (una reacia) aceptación, a pesar de los desmentidos de la canciller alemana Angela Merkel de que Alemania quiere expulsar a Grecia.

Al menos hasta ahora, aparentemente se ha dejado de revisar a la baja el crecimiento mundial. Esto se debe principalmente a informaciones de que algunas cifras han resultado mejores de lo esperado (el mercado laboral de EEUU sigue sorprendiendo positivamente), pero en parte también gracias a (sospecharía uno) la creciente convicción de que una posible salida de Grecia del euro es manejable sin hacer estallar toda la unión monetaria. Aunque los intereses de la mayor parte de la deuda periférica de la eurozona siguen variando, los de la deuda italiana han descendido continuamente, lo que sugiere una creciente convicción del mercado de que los problemas helenos han sido aislados del país que ha sido considerado más susceptible de contagio.

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