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Suicidio en Zurich, la trágica batalla entre ejecutivos que sacude a la aseguradora

La compañía ahora está realizando una investigación sobre el clima laboral y la cultura corporativa de sus principales representantes.

Por: Por María Ignacia Alvear C. | Publicado: Lunes 9 de septiembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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En 2007, Paul Wauthier llegó a la aseguradora suiza Zurich para asumir el cargo de tesorero del grupo, pero su buen desempeño hizo que cuatro años más tarde fuera promovido al puesto de director de Finanzas (CFO, su sigla en inglés). Sin embargo, su exitosa carrera tuvo un trágico final el mes pasado, cuando decidió terminar con su vida dejando una carta en la que culpaba al presidente del directorio, Josef Ackermann, unas de las figuras financieras más prominentes de Europa, de crear un clima de trabajo insoportable, bajo presión, y por tratar a los colegas de forma irrespetuosa.

El caso estremeció al mundo financiero y conmocionó a sus amigos y colegas, quienes lo conocían como un solucionador de problemas quien llevó humor al áspero mundo de la contabilidad.

Su carta mencionando a Ackermann, quien renunció a su cargo después de la muerte de Wauthier, confundió a sus compañeros de trabajo. “Pierre era un tipo resiliente, y su suicidio parece totalmente fuera de su carácter”, comentó a Bloomberg Paul Goodhind, un consultor de seguros independiente, y añadió que lo conoció bien desde el período que seguía a Zurich como analista. “Pierre tenía un aire de auto confianza y siempre lo vi como una persona con ambiciones”.

Ackermann dijo que las acusaciones que le cargan responsabilidad por el suicidio son “infundadas”, mientras que el presidente interino, Tom de Swaan, y el CEO Martin Senn, indicaron que no vieron señales de conflicto entre los ejecutivos. El directorio realizará una investigación para asegurarse de que no hubo una presión exagerada sobre el director de Finanzas.

Desempeño de la firma

Sin embargo, fuentes vinculadas al caso aseguran que sí existían tensiones con Ackermann. Después de ser nombrado CFO, Wauthier se encontraba a veces siendo el receptor de las frustraciones de su superior por el desempeño de la compañía, comentaron a The Wall Street Journal ex colegas.

Antes de que Zurich reportara sus resultados del segundo trimestre, en la tarde del 14 de agosto, Ackermann y Wauthier, junto con James Quin, titular de relaciones con los inversionistas, tuvieron una discusión sobre cómo presentar el progreso que la compañía estaba haciendo para alcanzar su meta a tres años. Sin embargo, fuentes consultadas por Bloomberg, dijeron que no hubo indicaciones de que la reunión u otros encuentros hubieran perturbado a Wauthier.

Cerca de diez días más tarde, Wauthier se encontraba sólo en su casa del lago Zug, mientras su esposa e hijos estaban en EEUU. Escribió una carta en inglés dirigida “a quien pueda interesar” y se quitó la vida.

El 27 de agosto, un día después de encontrar el cuerpo sin vida, Ackermann se reunió con los directores de Zurich para analizar la situación. Ackermann leyó en voz alta la carta de suicidio donde lo criticaban repetidamente por su duro estilo administrativo y lo culpaban de presionar al departamento de Finanzas de la compañía.

Los directores estaban conmocionados por el contenido de la nota y Ackermann parecía profundamente afectado.

Al día siguiente, el presidente inició la reunión del directorio con el anuncio de que decidía renunciar inmediatamente. Su salida hizo que las acciones cayeran 3,8% el 29 de agosto y generó dudas sobre la salud financiera de Zurich luego de no cumplir con las estimaciones de los analistas en tres de los últimos cuatro trimestres y anunciara una sorpresiva amortización en octubre. Eso obligó al Martin Senn a decir el 30 de agosto a los analistas que no había vinculación entre la muerte de Wauthier y el negocio de la compañía.

Las acciones cayeron 5,1% en los cinco días al 30 de agosto, y acumulando un retroceso en el año de 2,8%.

Otros escándalos
Ackermann ha tenido otros episodios dramáticos en su carrera. En 2004, causó un revuelo en los medios por hacer el signo de la victoria durante un juicio para determinar si fue contra la ley aprobar más de 57 millones de euros en bonos en la firma de telecomunicaciones Mannesmann.

Provocó más críticas en 2005 cuando Deutsche Bank anunció recortes de 5.200 de empleos a pesar de que las ganancias crecían. Franz Muentefering, ex vice canciller de Alemania, criticó a Ackermann por tratar de llevar “las utilidades a unos pocos a expensas de muchos”, y calificó su comportamiento como “antisocial”.

Y ahora apareció otro problema, ya que enfrenta la posibilidad de ir a juicio por su rol en Deutsche Bank en el colapso del imperio de medios Kirch hace una década.

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