Internacional

Últimos líderes liberales claman por reformas que lleven a la democracia

El estancamiento político también está amenazando el desarrollo económico, la base de la legitimidad del partido.

Por: | Publicado: Lunes 8 de octubre de 2012 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Por Verna Yu



Cada vez que uno de los amigos de Du Daozheng muere, él siente un sentimiento creciente de soledad. A sus 89 años, el ex jefe de propaganda se está quedando solo en su búsqueda de reformas políticas bajo el liderazgo de un solo partido de régimen comunista.

“Mis viejos amigos se están yendo uno tras otro… somos como hojas frágiles que caen en invierno. Esta es la ley de la vida”, dijo Du, el editor de la revista política más franca de China, Yanhuang Chunqiu.

Con el inminente cambio de liderazgo que se da sólo una vez cada diez años en el partido, Du y sus amigos sobrevivientes, en su mayoría autoridades de 80 y 90 años ya retirados, están haciendo lo que podría ser su última apelación para que el partido introduzca más libertades y dar sus primeros pasos hacia la democracia. 
La relación de Du con el partido Comunista comenzó hace 70 años cuando, como un adolescente idealista, se unió a la pelea contra el régimen corrupto de Kuomintang. Pero ahora, casi una vida después, muchos sienten frustración de que quizás nunca podrán vivir para ver cumplir su sueño de la democracia.

En los últimos dos años, varias figuras prominentes en su círculo, como Li Pu, Zhu Houze , Xie Tao y Peng Di, han muerto. Ellos dejaron recuerdos de grandes tiempos de acción. Muchos ayudaron a los líderes liberales Hu Yaobang y Zhao Ziyang a lanzar iniciativas de reformas políticas en los ‘80.

Aunque las ex autoridades reconocen cambios que se han introducido gradualmente, dicen que el partido ha sido lento por mucho tiempo. La reforma política se estancó después de las duras medidas de Tiananmen en 1989 y nunca fue retomada.

Du quiere que el partido se embarque en audaces medidas reformistas, como permitir la libertad de expresión y asociación y “democracia intra-partido”, dándole poderes a los miembros del partido para elegir sus líderes y representantes. 
Du, que fue director de la Administración General de Prensa y Publicaciones, creyó alguna vez que la democratización de China debería “seguir adelante dando pequeños pasos”. Hoy en día, dice que no es suficiente lidiar con la crisis social que actualmente enfrenta.

Se necesita urgentemente una reforma política rápida porque el nivel de rabia comprimida entre los ciudadanos sobre la desigualdad, corrupción y abuso de poder está llegando a un nivel peligroso, opina. “La rabia de la gente está subiendo de tono y hay revueltas en todos lados; ahora necesitamos continuar con pasos medianos”.

Él se estaba refiriendo a los conflictos sociales en los últimos años, como protestas en Shifang, Sichuan, en julio, en contra de la construcción de una planta de aleación de cobre y los interminables choques entre aldeanos y autoridades en Wukan, Guangdong, el año pasado por la corrupción.

El estancamiento político, advierte Du, también está amenazando el desarrollo económico, la base de la legitimidad del partido. Con poder gubernamental sin restricciones, la corrupción prospera y suprime el crecimiento de las empresas privadas.

Sin esperanza


Pero los más viejos del partido dicen que no tienen mucha esperanza en los nuevos líderes, incluso si hay optimismo de que estarán más en contacto con la realidad de la vida de los ciudadanos, después de dificultades persistentes en la zona rural de China, como los “jóvenes educados” durante la Revolución Cultural.

Ven poca evidencia de una figura decidida como Mikhail Gorbachev, la última cabeza de Estado de la Unión Soviética, determinada a revisar el sistema político.

Ni el próximo presidente Xi Jinping ni el próximo premier Li Keqiang tienen un historial impresionante en sus cargos anteriores como secretarios provinciales del partido, pero son lo suficientemente displicentes para ser aceptables para una burocracia políticamente conservadora, dicen los mayores.

“Históricamente hablando, los ‘príncipes’ no pueden ser demasiado excepcionales. Tienden a ser comunes y obedientes”, Du añadió.

He Fanng, de 90 años y que fue asistente del vice ministro de Relaciones Exteriores en los años ‘50, cree que los nuevos líderes dudarán revisar el sistema de partido único porque sus propios privilegios estarán en juego.

Varias autoridades han usado influencias y conexiones para obtener ganancias financieras lucrativas, y sus esposas, hijos y parientes tienen amplios intereses comerciales. “(Bajo un sistema reformado) se transformarían sólo en gente común y perderían sus privilegios especiales”, comentó He.

He soportó casi 20 años de trabajo pesado después de ser expulsado junto con su ex jefe, Zhang Wentian, quien criticó las políticas radicales de Mao Zedong, que llevaron a una hambruna nacional.

Ahora un académico retirado de la Academia China de Ciencias Sociales, He opina que las reformas política que el gobierno dice que está tomando son esencialmente alteraciones administrativas. ”No se atreven a hablar de separación del partido y poderes del gobierno porque el país aún es gobernado por el partido”.

Lo más leído