Los 10 nombres detrás de la banca de inversión en América Latina
La característica común de estos banqueros es que han creado entidades sólidas, con amplias redes de clientes al más alto nivel en sus respectivos países y que ahora apuestan por la expansión.
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Por José Manuel Duarte
Son millonarios y están saliendo con sus capitales más allá de las fronteras de sus países. Y ya no para exportar materias primas o colocar sus inversiones en Wall Street o Europa sino que para crear una plataforma de negocios de alcance global. La siguiente es una radiografía a los diez hombres más poderosos tras la banca de inversión en América Latina, sin contar Chile, cómo construyeron sus patrimonios -estimados en miles de millones de dólares por Forbes, publicaciones especializadas y sus mismas firmas- y sus planes de expansión.
Jugadas recientes dan cuenta de la extensión de dichos planes: la compra de Celfin Capital en Chile por parte de BTG Pactual en US$ 600 millones, por ejemplo, convirtió a este último en el banco de inversión más grande de Latinoamérica y a su dueño y presidente, Andre Esteves, en uno de los nombres más poderosos del sector, al menos en la región.
Pero Esteves no está sólo en la cúspide de los empresarios financieros: figuras de Perú, Colombia, México y Brasil son parte del club de los grandes banqueros latinoamericanos. Con la creciente integración que se está dando en las economías de la zona, es probable que nombres como Joseph Safra, Roberto González Barrera y Dionisio Romero se hagan más conocidos a escala regional.
Origen y futuro
Aunque las historias de estas figuras son diversas, se pueden separar en dos grandes grupos: quienes comenzaron desde cero con sus empresas y aquellos que representan nuevas generaciones en el negocio familiar.
Las fortalezas
Pese a que los coletazos de la crisis de deuda en la eurozona están pegando al ritmo de expansión de las economías en Latinoamérica,
el sello común es el crecimiento, a dígitos muy por sobre el mundo desarrollado. Y la banca de inversión de la región está más solvente
que nunca, al punto que las grandes instituciones globales han puesto sus ojos en ella.
Pero, a excepción de lo que sucede en México, bancos como JP Morgan, Goldman Sachs o Merryl Lynch no han tenido éxito en penetrar en los mercados y liderar en la región.
Y es que la fortaleza radica en que estas instituciones financieras locales han establecido una amplia red de negocios en sus respectivos países al más alto nivel, acompañando desde hace años el incipiente desarrollo
de negocios e inversión a gran escala pero con el sello de la cercanía y conocimiento.