por Renato García jiménez
El gobierno chino anunció durante el fin de semana una nueva ampliación de la banda de flotación del yuan. A partir de ahora, la divisa local podrá fluctuar hasta 2% al día, desde el 1,0% previo.
La medida ha sido celebrada por la mayoría de los inversionistas y expertos como un positivo paso hacia un mercado cambiario libre. Recientemente, las autoridades dieron la indicación más clara de un posible calendario para la total liberalización de la divisa señalando que esta meta se podría lograr en un plazo de dos años.
Sin embargo, en los últimos días han comenzado a surgir señales de alerta. Los multimillonarios contratos de productos estructurados ligados al yuan podrían sufrir gigantescas pérdidas si la moneda china continúa su declive, convirtiéndose en una verdadera bomba para el sector.
Beijing ha sido muy agresivo en tratar de presionar la divisa a la baja para mejorar la competitividad de su economía y ha tomado medidas para atacar las especulaciones alcistas.
Y sus esfuerzos han dado resultado. Por primera vez en casi un año, el yuan rompió ayer la barrera de las 6,2 unidades por dólar, que según los expertos marca el nivel a partir del cual se gatillan millonarias pérdidas en el mercado de derivados y contratos de cobertura.
El yuan onshore cayó 0,5% ayer en Shangai, en su mayor declive desde el 1 de diciembre de 2008. Durante las transacciones, incluso llegó a tocar los 6,2334, su menor valor desde el 25 de febrero de 2013. El yuan offshore, en tanto, se depreció 0,3% en Hong Kong a 6,2051 por dólar, y alcanzó a tocar los 6,2093 durante la jornada, su mínimo desde el 28 de marzo de 2013.
Los expertos estiman que al perforar esta “línea roja”, la caída del yuan provocará pérdidas por al menos US$ 3.500 millones en estos productos. Según cálculos de Morgan Stanley, si la moneda china continúa su camino descendente y llega a las 6,38 unidades por dólar, las pérdidas se más que duplicarían a US$ 7.500 millones. Pero el riesgo podría ser mucho mayor aún. El banco de inversiones confirma otros reportes que señalan que las pérdidas potenciales amenazan a una cartera de contratos de derivados de
US$ 150 mil millones.
Y el peligro aumenta porque muchos inversionistas aún se resisten a abandonar sus posiciones, apostando a que la moneda tenderá a apreciarse en el mediano plazo. Incluso tras la caída de ayer, Schroder Investment Management recomendó a sus clientes apostar por la divisa señalando que, tras una caída de 2,8% este año, es una apuesta atractiva.
Pero a medida que el yuan retrocede, su declive podría acelerarse, a medida que los bancos ajustan sus coberturas, revierten los productos y cobran los colaterales.
Típicamente estos productos han sido adquiridos por empresas exportadores y PYME en China y Taiwán.
Si se cumple este escenario, la depreciación de la moneda podría arrastrar a un amplio sector de la segunda mayor economía, que ya enfrenta una situación compleja, a medida que una desaceleración del crecimiento se suma a crecientes temores sobre una eventual crisis de crédito.

MÁS flexibilidad
China relajó las normas para permitir una mayor participación extranjera en su principal mercado de valores -Shanghai-, en el último paso hacia la liberalización del sistema financiero de su economía. Así, los extranjeros podrán invertir en más productos y hasta el 30% en una sola empresa, por encima del 20% anterior, dijo Reuters. Esto se une a cambios de la banda diaria del yuan y la liberalización de las tasas de los depósitos del país.