Como balde de agua fría
recibieron los mercados la decisión del Senado estadounidense de rechazar el
paquete de ayuda al sector automotor.
El temor al colapso que podrían
provocar las automovilísticas estadounidenses alcanza de lleno a todos los
mercados, con caídas en el petróleo y el dólar, y nuevos mínimos históricos en
la rentabilidad de los bonos públicos.
El relativo clima de tranquilidad
que imperaba en los mercados en la presente semana se truncó por completo a
última hora de ayer. El factor de desestabilización fue precisamente uno de los
estímulos que habían servido para impulsar la mejora bursátil de los últimos
días.
El Congreso de Estados Unidos
había dado su visto bueno al plan de rescate para las empresas automovilísticas
estadounidenses. Pero todas estas esperanzas se esfumaron cuando el Senado confirmó su rechazo. Ahora, sólo el presidente de
EE.UU., George W. Bush, y el secretario del Tesoro, Henry Paulson, pueden salvar
a las empresas de Detroit.
El golpe lo acusa el sector
automotor europeo. En Alemania, Daimler cae 7,4% y en Francia Renault pierde 7%.
En ese contexto, el FTSE de
Londres caía 3,93%, el Cac de París 5,36% y el Dax de Francfort 4,71%. En
Madrid, el Ibex anotaba un retroceso de 4,63%, pérdidas que se ampliaban a 5,13% en el caso de la Bolsa de Milán.
Incertidumbre
Las propias autoridades estadounidenses
habían advertido que no se pueden dejar caer a empresas de la dimensión de
General Motors, y los analistas se habían encargado de alertar del colapso que
generaría en el conjunto de los mercados financieros una posible quiebra de los
gigantes de Detroit.
La nueva situación obliga a
reajustar las expectativas de los inversionistas y su respuesta se traduce en
un freno en seco de la recuperación que venían experimentando tanto el petróleo
(-4,4% hoy) como el dólar (en mínimos de 13 años frente al yen, y un 0,5% a la
baja con el euro).
De este regreso de las alertas
financieras vuelve a sacar partido la deuda pública. La rentabilidad de los
bonos estadounidenses renuevan sus mínimos históricos, al tiempo que se
refuerzan las expectativas de un recorte más agresivo de los tipos por parte de
la Fed, probablemente hasta dejarlos en el 0,25% la próxima semana.
Los futuros de Wall Street ya presentan
caídas superiores al 3%.