Wall Street cierre con caída anual de 33,8%
El índice Dow Jones concluyó este miércoles con un alza de 1,25%.
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Wall Street cerró hoy al alza la última sesión de este año 2008, pero acumuló
una caída anual del 33,8% por las turbulencias en los mercados
financieros y la fuerte contracción de la actividad económica, su peor desempeño desde la Gran Depresión.
El índice Dow Jones de Industriales, que agrupa a algunas las mayores
empresas de Estados Unidos, avanzó este miércoles 1,25% (108 puntos),
hasta los 8.776,39 unidades.
En tanto, el mercado Nasdaq subió 1,70% (26,33 puntos), hasta las 1.577,03
unidades, mientras que el selectivo S&P 500 añadió 1,42% (12,61 puntos), finalizando en 903,25 enteros.
Un año negro
Cuando comenzó el año, y pese a que los temblores
ya habían comenzado en Wall Street, era difícil de prever la magnitud del
terremoto financiero que se avecinaba.
Se hablaba de crisis hipotecaria y crediticia,
pero no de multimillonarios rescates públicos, nacionalizaciones en el corazón
del capitalismo ni mucho menos de la mayor y más extendida estafa de la
historia.
En sólo doce meses se han vivido en la bolsa
neoyorquina seis de los mejores días en 7 décadas y, aún así, éste va camino de
ser uno de los peores años.
Bear Stearns, Fannie Mae, Freddie Mac, Lehman
Brothers, AIG, Merrill Lynch, Washington Mutual y Wachovia encabezan la lista de
los gigantes financieros víctimas de una crisis crediticia originalmente ligada
a la explosión de la burbuja inmobiliaria e hipotecaria en EE.UU., que luego
afectaría a una gran variedad de entidades y personas que nada tienen que ver
con esos sectores.
El 7 de septiembre, la Reserva Federal
(Fed) anunció la intervención de las dos mayores hipotecarias del país, Fannie
Mae y Freddie Mac, y la inyección de US$ 200.000 millones en lo que fue
una intromisión pública inaudita.
Algunos tuvieron suerte, como Merrill Lynch, que
aceptó ser comprada por Bank of America por US$ 50.000 millones, pero
otra fue la suerte de Lehman Brothers, que no encontró quién lo quisiera y
asumió su quiebra el 14 de septiembre.
Desde entonces, los problemas en Wall Street se
vieron con más respeto: el terremoto demostró poder con los más grandes y, si no
se remediaba, podría tirar abajo.
De hecho, el lunes siguiente la bolsa vivió su
peor sesión desde el 11-S, y la aseguradora AIG perdió el 60% de su valor
bursátil, lo que llevó a la
Fed a intervenirla a cambio de US$ 85.000 millones para tratar de
sanear sus raquíticas cuentas.