En agosto pasado abrió sus puertas el Parque Tecnológico (ParqTec), un elemento central del Distrito de Innovación V21, una iniciativa privada con un plan a 25 años para transformar 200 hectáreas del barrio industrial El Salto, Viña del Mar, en un ecosistema que articule empresas, universidades, centros de investigación y startups para impulsar la transformación urbana, económica y social de la Región de Valparaíso.
El director ejecutivo del Distrito de Innovación V21, Jaime Arnaiz, explicó que esta iniciativa surgió tras identificar tres brechas en la región: la desconexión entre la industria y la academia, la retención del talento y la pérdida de competitividad de las compañías locales.
“El 80% de las empresas habían hecho innovaciones tecnológicas en los últimos tres años, pero de ellas, el 90% no tenía contacto con universidades”, comentó.
Respecto de la retención de talento, dijo que Valparaíso tiene más de 130 mil estudiantes de educación superior y es la segunda región con mayor matrícula tras Santiago. “Formamos talento, pero no logramos retenerlo”.
También señaló que en los últimos 30 años el Producto Interno Bruto per cápita regional ha caído en forma sostenida, “aumentando los cordones de pobreza, con una economía que no está generando el valor ni la riqueza para darle bienestar a todas las personas”.
Startup Lab, ParqTec e IA
A fines de octubre, V21 se adjudicó el proyecto Startup Lab Valparaíso, para acelerar emprendimientos de base científico tecnológico con foco en inteligencia artificial (IA) generativa, internet de las cosas (IoT), robótica y biotecnología.
La inciativa, cuyos mandantes son la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y la Universidad Andrés Bello (UNAB), junto con organizaciones regionales, contará con una inversión de US$ 18 millones, de los cuales
US$ 10 millones son aportes de Corfo a cinco años. Contempla siete laboratorios y espacios de trabajo.
El ParqTec es el corazón del distrito. Opera en una antigua planta de Oxiquim, cuya remodelación demandó entre US$ 12 millones y US$ 15 millones. El edificio de 4 mil metros cuadrados y seis plantas, alberga laboratorios, talleres de prototipado y oficinas, además de áreas comunes, cowork y terrazas para uso colaborativo.
Ya se han instalado cinco empresas, como las tecnológicas Qualtek, NanoTC y EcoAlliance.También llegará el Centro de Supercómputo e IA aplicada del consorcio que integran la PUCV, la USM y la empresa Tecnoera, el que iniciará operaciones en enero de 2026.
Modelo e impacto
El V21 tiene el patrocinio de cuatro empresas y cuatro proyectos de Corfo a tres años, por un total de $ 160 millones. Se financia con el pago de membresías de sus 100 socios -startups, empresas y universidades- los que integran una red de trabajo colaborativa con acceso a servicios, como asesoría para la formulación de proyectos para acceder a la Ley de Incentivo Tributario a la I+D (investigación y desarrollo).
Arnaiz comentó que tienen 10 manifiestos postulando al incentivo tributario, de los cuales hay cuatro aprobados por $ 7 mil millones. Entre estos últimos, uno para el desarrollo de conductores eléctricos de seguridad para infraestructuras críticas y otro para crear bobinas y sistemas de aislación para grandes transformadores.
El Distrito V21, como ente articulador, busca generar impacto económico, social y urbano.
Trabaja con siete universidades -PUCV, U. de Valparaíso, USM, UAI, UNAB, de Las Américas y de Viña del Mar, y dos institutos profesionales -Duoc UC y AIEP- en distintas líneas para impulsar la retención de talento y las capacidades de innovación. Entre ellas, el programa Memorias Interdisciplinarias, con la USM, para conectar a estudiantes de pregrado con empresas para formular desafíos de innovación, además de prácticas, pasantías y vinculación entre compañías y centros de investigación.
Arnaiz dijo que buscan crear 10 mil puestos de trabajo en el largo plazo. Para lograrlo, destacó iniciativas como Startup Lab Valparaíso, que se enfocará en el desarrollo de empresas emergentes para las industrias logística y agroalimentaria, que tienen “un mayor impacto para la economía y la generación de empleo en la región”.
En conjunto con la PUCV están diseñando una metodología de evaluación que permita saber cuántos empleos son atribuibles al V21 y cuántos están asociados al conocimiento de la ciencia y la tecnología. “Diez mil empleos de esas características en la región, cambian la economía”, aseguró.
También buscan generar impacto en el desarrollo urbano y social. En esta línea, presentaron una solicitud al municipio para modificar el uso del suelo para trabajar en una solución de vivienda social integrada que permita a las “200 familias que viven en tomas en el barrio industrial acceder a un modelo de ciudad, donde puedan vivir, estudiar, trabajar, tener médico, recreación o deporte”.