Fundada en el año 2000 por tres académicos relacionados a la Pontificia Universidad Católica, RiskAmerica pasó de ser un proyecto universitario a convertirse, en 2015, en un actor clave del mercado corporativo. Su meta ha sido la misma desde entonces: entregar modelos de valorización para un mercado históricamente poco líquido y complejo como el de renta fija chilena. Y su éxito es claro. Hoy es una de las plataformas tecnológicas que suele estar presente en toda oficina de gestores de fondos, inversionistas institucionales y family offices.
“Somos el estándar de la industria para la renta fija. Probablemente tenemos el modelo más preciso y utilizado del mercado”, señala el gerente general, Ignacio Badilla.
En el mercado, RiskAmerica es conocida como “el Bloomberg chileno”, ya que, al igual que la plataforma estadounidense, entrega información financiera en tiempo real. La diferencia es que su tecnología se centra en los precios de los bonos soberanos y corporativos que se transan en el país.
En conversación con el podcast Señales Financieras, Badilla —quien suma más de 18 años en la firma y ejerce como CEO desde hace una década— comenta que hoy RiskAmerica vive el "tercer tiempo" de su historia. El primero estuvo marcado por su etapa académica; el segundo, por el spinoff hacia el mundo privado en 2015; y el tercero comenzó tras su adquisición por parte del Depósito Central de Valores (DCV) en junio de este año. “Con esto, Risk se consolida como una empresa más relevante, con el desafío de crecer e integrar sus sistemas con los del DCV”, resume.
"En Chile hay un mercado bastante conservador, donde los inversionistas prefieren bonos con bajo riesgo y baja probabilidad de default".
“Por definición Chile es poco líquido”
Como proveedores de datos y tecnología para la industria, Badilla tiene un claro diagnóstico de la renta fija local. “Tras la contracción registrada durante la pandemia, el mercado se recuperó con fuerza entre 2022 y 2025. Pese a que tanto la deuda corporativa como la soberana lograron retomar sus niveles de emisión previos a la crisis —incluso con mejor desempeño que otros mercados de la región—, aún persisten algunos indicadores que reflejan una recuperación incompleta”, comentó.
-La liquidez es el mayor pendiente…
-Sí, de hecho si uno mira los stocks se ven bastante recuperados, pero si uno ve la liquidez y sobre todo si la ve proporcional al stock, aún no se han recuperado a los niveles previos a la pandemia. La renta fija por definición en Chile, ha sido un mercado poco líquido, donde hay pocas transacciones y los instrumentos que se transan son siempre más o menos los mismos.
-¿Qué desafío implica para los inversionistas operar en un mercado como el chileno?
-Mover los portafolios hoy es más complejo que antes. Las operaciones demoran más y los costos de transacción son mayores, principalmente por la menor liquidez del mercado. En la práctica, eso significa que, al vender un bono, probablemente tenga que hacerlo a un precio más bajo que en un mercado más líquido. A esto se suma un desafío adicional: la creciente indexación de carteras a índices de referencia, como los fondos tipo ETF o los que siguen benchmarks locales.
Bonos soberanos: ¿fin a la UF?
-Recientemente comentaste en un seminario que por primera vez el stock de deuda total de los bonos soberanos tiene más pesos que UF ¿qué implicancias tiene?
-Cuando me puse a revisar el mercado de renta fija me encontré con algunas sorpresas. Una de ellas fue justamente esta: por primera vez, según los datos que extraje de nuestro sitio, la deuda de bonos soberanos —los BTP— superó a la emitida en UF —los BTU—. Históricamente, esa tendencia venía avanzando lentamente, pero hoy la proporción en pesos alcanza el 51%.
-¿Por qué la Tesorería está priorizando emitir deuda en pesos?
-Habría que preguntarle directamente a ellos, pero la preferencia entre pesos y UF históricamente depende de factores como las perspectivas de inflación, los plazos y la liquidez. Hoy los bonos del Gobierno en pesos tienen una liquidez comparable a los emitidos en UF, y además las tasas están algo más altas que antes de la pandemia, lo que hace que los instrumentos en pesos resulten más atractivos de lo que eran previamente.
-¿Es el fin de la era de la UF?
-No, no diría que es el fin. Más allá de los bonos del Gobierno, si uno analiza la deuda corporativa —la de empresas—, esta sigue siendo cerca del 95% en UF. Por lo tanto, ahí la UF sigue siendo la reina.
Sin espacio para el riesgo
-Otra tendencia que se está acentuando es lo conservadores que están siendo los inversionistas. Hoy solo las empresas Investment Grade están saliendo a emitir deuda, mientras que las más riesgosas no tienen espacio.
-Efectivamente. Si observamos la evolución de las clasificaciones de riesgo en el tiempo, vemos que el mercado se ha ido concentrando en las tres mejores categorías: AAA, AA+ y AA. Hoy, esas tres concentran más del 80% de la deuda corporativa. Hace diez años, representaban solo alrededor del 50%, y todavía existía un pequeño universo de bonos BBB hacia abajo. Hoy eso prácticamente desapareció.
-¿Y por qué ese tipo de empresas ya no tienen espacio?
-Porque en Chile hay un mercado bastante conservador, donde los inversionistas prefieren bonos con bajo riesgo y baja probabilidad de default. En períodos de alta incertidumbre —como el estallido social o la pandemia— esa tendencia se consolidó. Una característica del mercado chileno es que ha crecido, pero no necesariamente por diversificación de productos, sino por concentración en emisores grandes y de alta calidad crediticia.
Mirando al extranjero
-La poca liquidez es un problema que también enfrentan países como Perú y Colombia. ¿Hay una estrategia de internacionalización?
-El nombre RiskAmerica lo elegimos hace muchos años pensando justamente en eso: en que nuestras metodologías de valorización y los softwares que desarrollamos son productos exportables. Siempre hemos buscado la oportunidad de hacerlo, y ahora, de la mano del DCV, estamos evaluando qué mercados podríamos potencialmente abarcar en el futuro. Es una oportunidad abierta y que exploramos constantemente.