Llegó la tan esperada luz verde de China al acuerdo entre Codelco y SQM para explotar litio en el Salar de Atacama. Pero la aprobación no vino sola: incluyó condiciones que obligan a la nueva sociedad a garantizar un suministro mínimo anual -del llamado “oro blanco”- al gigante asiático durante 10 años.
En concreto, según dijo la cuprera estatal, se zanjó “ofrecer suministro de ciertas cantidades mínimas de productos terminados de carbonato de litio a clientes chinos, en términos justos, razonables y no discriminatorios, a precios de mercado con algunos mecanismos de ajuste. Con esto de base, se establece que, en caso de alteraciones significativas en el suministro, la sociedad conjunta deberá realizar todos los esfuerzos razonables para asegurar la continuidad del abastecimiento”.
La llave maestra utilizada por el gigante asiático le abre un corredor exclusivo hacia el Salar de Atacama, desde donde ya importa más del 80% de la producción anual de los dos grandes actores: Albemarle y SQM. De hecho, según indicó el regulador chino al exponer sus requisitos para la aprobación, la minera ligada a la familia Ponce es su mayor proveedor internacional, con una cuota que ha superado el 50% los últimos dos años.
“Desde el punto de vista práctico, el amarre de volúmenes no es tan relevante en estos momentos, porque hoy día el 92% del litio que se extrae en el mundo termina en China, entonces hay muy pocas opciones para vender. Esto en 10 años va a cambiar, pero en un horizonte razonable de los próximos cuatro o cinco años, no”, comenta a DF el experto Daniel Jiménez, socio de iLi Markets, respecto a las cláusulas chinas.
Conocedores de las negociaciones con el regulador asiático han deslizado que la cuota comprometida estaría entre las 120 mil y 140 mil toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE) al año, equivalente a la mitad de la producción de la minera no metálica y a cerca del 40% de la producción total chilena, considerando que el mercado proyecta unas 300 mil toneladas para este año. “Ese porcentaje, de una u otra forma, hubiese terminado igual en China”, remarca.
La sombra de Minmetals
La condición respecto al precio, explicada por las firmas, despierta alarmas. Codelco habla de “precios de mercado con mecanismos de ajuste” y SQM de “precios que no pueden exceder los que apliquen según el referido compromiso”.
Si bien los números son confidenciales, José Hofer, especialista en baterías de litio y materiales de la británica Supply Chain Insights, advierte: “Es sabido que la intención del gobierno chino y sus grandes productores de baterías es tener los precios del litio bajo US$ 10.000 la tonelada, entonces aceptar esta condición para más de 100 mil toneladas es mucho, es quemar una cantidad de billetes tremenda para el Estado”.
Lo anterior, a la luz de nuevas proyecciones de mercado, que anticipan una recuperación más temprana en los precios del “oro blanco”: volverían a US$ 15.000 la tonelada en 2026 y podrían escalar a US$ 25.000 en el próximo ciclo, expone Hofer.
“Esto se parece mucho a cuando Codelco firmó acuerdos de largo plazo con otra firma china: Minmetals”, dispara, recordando el que ha sido catalogado como “el peor negocio de la historia” de la cuprera. En 2005, la estatal comprometió a la minera asiática el suministro de cobre a precios fijos para conseguir el financiamiento de Gaby. “Esos contratos amarraron el precio muy por debajo del superciclo que vino en los años siguientes, perdiéndose una cantidad invaluable de dinero para el país”.
Un exejecutivo de la estatal, que prefiere mantener el anonimato, confiesa que cuando leyó las condiciones, “de inmediato pensé en Minmetals, porque la sombra de los offtakes es muy fuerte dentro de Codelco”. Por eso, ante los aprendizajes históricos, considera que tienen que haber sido cifras muy bien analizadas en la actual negociación. Aún así, “si en los próximos años vemos subir el precio del litio a lo que está proyectando el mercado, es un tema que generará ruido”.
Hofer levanta otra alerta: “Si el litio chileno ya llega casi en su totalidad a China solo por oferta y demanda, ¿por qué se tiene que amarrar la cantidad y decir que es a un ‘precio justo’? EEUU está mirando con lupa esto y estoy absolutamente convencido de que va a llegar un tirón de orejas desde allá por este tema”.
Sobre la alianza en general, Jiménez opina: “A mí no me gusta la participación del Estado en las actividades productivas, pero, con realismo político, hay que entender que el acuerdo es la mejor y más elegante salida para Chile”.
China en el Triángulo del Litio
Desde mediados de la década pasada, el interés chino por el litio sudamericano ha crecido al ritmo de su necesidad de asegurar el suministro para una cadena donde domina casi por completo. Según desmenuza el economista y jefe del área minera de Plusmining, Andrés González, China concentra cerca del 70% de la refinación química mundial, entre 80% y 90% de la producción de cátodos y la mayor parte de las baterías y autos eléctricos.
Su entrada al Triángulo del Litio comenzó con la compra del 24% de SQM por parte de Tianqi, por US$ 4.070 millones y, en la actualidad, la potencia oriental intentó ser socia de Codelco y Enami en Maricunga y Salares Altoandinos, pero Rio Tinto fue la ganadora.
“En Argentina la estrategia ha sido distinta”, dice, “en tanto que cuentan con el control de activos que ya están operando a escala comercial, como Ganfeng Lithium en Mariana y Caucharí-Olaroz”. Esta semana, además, Gangfeng obtuvo la aprobación ambiental para su proyecto Pozuelos-Pastos Grandes en Salta, mientras que Zijin Mining inauguró recientemente una planta en Tres Quebradas.
En Bolivia, la producción industrial aún no despega por trabas regulatorias y la compleja química de sus salmueras, aunque en 2024 una filial de CATL firmó un acuerdo de US$ 1.000 millones con YLB para dos plantas DLE.
La gran incógnita para el mercado está en la dimensión de los pasos chinos en África, su nuevo polo de suministro. Daniel Jiménez subraya: “Son extremadamente competentes, tienen capital y están detrás del litio”. 