En un café de Providencia, en enero de este año, el candidato del Partido Nacional Libertario (PNL), Johannes Kaiser, se reunió por primera vez con el economista Víctor Espinosa. Su objetivo era invitarlo a participar en el comando en su carrera presidencial. Espinosa, dice que hasta ese momento no lo conocía personalmente, pero ya había colaborado con Kaiser en su rol de diputado, aunque siempre a través de su equipo. El nexo entre los dos fue el actual candidato a diputado por el distrito 8, Ítalo Omegna.
Kaiser llegó a Espinosa y lo nombró jefe de su equipo económico porque, al igual que él, su referente es la Escuela Austriaca de Economía, la misma que inspira al Presidente argentino Javier Milei.
En las últimas semanas, el candidato libertario ha repuntado en las encuestas y en algunos sondeos incluso se ubica en el tercer lugar. Esto ha entusiasmado a su equipo, incluyendo a Espinosa, quien confía en que Kaiser pasará a segunda vuelta y llegará al Gobierno.
Actualmente, el economista es profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo y director ejecutivo del Instituto Mises Cono Sur, centro académico dedicado a la formación y promoción de las ideas de la libertad, y en particular, de la Escuela Austriaca.
Espinosa es ingeniero comercial y magíster en Economía y Políticas Públicas de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y magíster en Economía de la Escuela Austríaca y Ph.D. en Economía de Universidad Rey Juan Carlos, de España. Él mismo explica que la Escuela de Austria se caracteriza por poner al emprendedor como motor del crecimiento y del desarrollo económico y, por lo tanto, “todo el programa de Johannes Kaiser está cruzado por la idea de facilitar el emprendimiento, la generación de empleo, la generación de riqueza”, afirma.
El proyecto lo entusiasmó y decidió volver a la política después de muchos años alejado. “Fui dirigente estudiantil en la UAI y presidente del movimiento gremial. Viví Chile Vamos por dentro, pero salí decepcionado. Sobre todo, después de las elecciones de 2013. Creo que a muchas personas las mueve más el poder que el bienestar social”, plantea.

De izquierda a derecha. De pie: Jaime Riquelme (Desarrollo Humano), Victor Espinosa (Hacienda), Aliro Galleguillos (Salud), Carlos Guitart (coordinador del programa de gobierno), Luis Cuellar (Seguridad y Defensa), sentados: Iván González (Justicia), Manuel Ramírez (Relaciones Exteriores), Pablo Millar (Infraestructura).
El equipo
Espinosa señala que el programa económico se construyó con aportes de más de 100 personas, aunque no todos están en el comando. Muchos, dice, trabajan en el sector privado, en gremios como la CNC, la CChC, la Asech y el Colegio de Contadores. Muchos otros aportan, en el anonimato, desde distintas universidades.
Incluso hay personas que están en el actual Gobierno y académicos chilenos que viven en el extranjero. Entre estos últimos resalta a Inés Farfán, de la Universidad de Salamanca, quien aportó en la aplicación de nuevas tecnologías como la IA para elevar la productividad de los emprendedores; Nora Benavides, que trabaja en la Universidad Complutense de Madrid; Cristián Parra, quien lidera el área de minería y trabaja en la Universidad de Queensland. También destaca al empresario Miguel Iglesias, quien coordina el área energía y al académico de la Usach Juan Valenzuela en PYME.
Además, de Víctor Espinosa en el área de Hacienda, otros coordinadores de áreas son Jaime Riquelme, en Desarrollo Humano; Aliro Galleguillos, en Salud; Luis Cuellar, en Seguridad y Defensa; Iván González, en Justicia; Manuel Ramírez, Relaciones Exteriores, y Pablo Millar, en Infraestructura. El coordinador del programa de Gobierno es Carlos Guitart.
Detalles del ajuste de gasto
Uno de los pilares del plan económico de Kaiser es un ajuste del gasto público para volver tener un superávit fiscal. La apuesta del equipo económico es recortar el gasto público entre US$ 12.000 millones y US$ 15.000 millones, cifra que podría incluso superar los US$ 16 mil millones si lograran el apoyo del Congreso para implementar el ajuste de forma expedita.
Entre los recortes, proponen, por ejemplo, reestructurar los ministerios y reducirlos de 25 a 9 y bajar el número de subsecretarías de 40 a 20. Solo reduciendo esa infraestructura de carteras, sin eliminar aún programas y personal, estiman rebajar el gasto entreUS$ 1.500 millones y US$ 2 mil millones.
El Ministerio del Interior absorbería a Segpres y Segegob. Se fusiona el Ministerio de Seguridad con Defensa. La cartera de Economía integraría además a Minería, Energía, Agricultura y Medio Ambiente. El nuevo Ministerio de Desarrollo Humano agruparía a Educación, Trabajo, Desarrollo Social, Mujer, Deporte, Cultura y Ciencia. El nuevo Ministerio de Infraestructura reúne a Obras Públicas, Vivienda, Transporte y Telecomunicaciones y Bienes Nacionales. En tanto, conservarían su estructura actual Hacienda, Relaciones Exteriores, Salud y Justicia.
Por otra parte, plantean desvincular a 100 mil funcionarios públicos en el Gobierno central, quienes recibirían una certificación para que se integren con mayor facilidad en el sector privado. Esto implica un programa de retiro para los funcionarios de planta y la no renovación de contratas y honorarios. “El Estado no es una agencia de empleo, y es el esfuerzo que hay que hacer para eliminar el déficit fiscal”, dice Víctor Espinosa. Este ajuste significaría recortar cerca del 20% de los actuales empleados fiscales, con lo cual estiman una disminución del gasto de unos US$ 3.000 millones.
En tercer lugar, Kaiser propone eliminar los Programas de Mejoramiento de Gestión (PMG), que son la actual herramienta de evaluación de los funcionarios públicos y cuyo cumplimiento implica el pago de bonos trimestrales. El problema, dice Espinosa, es que el 98% de los funcionarios se gana los bonos de PMG, que incluso en algunos casos pueden llegar al 30% del sueldo base. “Ahí hay claramente un abuso. No es posible que todos se lo ganen. Es un problema del sistema”, cuestiona. La propuesta no considera reemplazar el sistema de bonos por otro e implicaría un ahorro que estiman en cerca de US$ 2.000 millones.
También proponen una reforma al Estatuto Administrativo para cambiar el sistema de licencias médicas en el sector público para que su funcionamiento opere como en el privado, en que lo pagan las personas y tiene topes. “El costo al Estado de las licencias médicas es de más de US$ 2 mil millones. Si logramos reducirlo a la mitad, sería un ahorro de US$ 1.000 millones”, sostiene el economista.
Además, Espinosa señala que, de los más de 700 programas públicos evaluados, el actual Gobierno ha reducido este año al mínimo el financiamiento de 93 de ellos para destinar esos recursos a otros fines, como gasto corriente. El programa de Kaiser plantea eliminar esos programas y con ello ahorrar unos US$ 1.500 millones. “Ahí hay algunos programas de género muy chicos, de grupos privilegiados, programas para monitorear otros programas… Todo eso es innecesario y se va a eliminar”, afirma.
Asimismo, hay otro grupo de programas con baja ejecución, la que a la fecha alcanza solo el 30% del presupuesto aprobado. La eliminación de este tipo de programas implicaría un menor gasto por US$ 1.250 millones. “Ahí tampoco hay cosas como la gratuidad en la educación, ni la PGU. Son más bien cosas chicas e inútiles. No es gasto social, sino gasto socialista”, dice Espinosa.
También plantean eliminar los SLEP, porque consideran que no han logrado mejorar la calidad de la educación. Con eso esperan ahorrar unos US$ 2.800 millones. La propuesta de educación escolar de Kaiser es entregar los colegios a cooperativas de profesores, que tendrían libertad administrativa y financiera. Con ello, los proyectos educativos se podrían desarrollar sobre un currículum mínimo y flexible, acorde a las necesidades del mercado laboral actual. “El sistema de educación escolar se va a financiar con un subsidio a la demanda, es decir, serán las familias chilenas las que van a decidir qué proyecto de educación es útil y cuál no”, explica Espinosa.
En el equipo de Kaiser dicen haber detectado 81 mil funcionarios públicos que tienen más de un contrato en distintos organismos del Estado, los que incluso pueden llegar hasta cinco trabajos diferentes en jornada completa. Por ello, plantean terminar los “multicontratos”, ya que no es posible que la misma persona ejerza todas las funciones que han encontrado al mismo tiempo. Con esto esperan ahorrar otros US$ 1.000 millones.
Al mismo tiempo, señalan que terminarán con las transferencias del Estado a distintas fundaciones y ONG, exceptuando a las que están consolidadas y son reconocidas, como la Teletón, Fundación Las Rosas o el Hogar de Cristo.
Rebaja de impuestos
Víctor Espinosa dice que, el plan económico de Kaiser es “de sentido común” e implica volver al camino que seguía Chile cuando transitaba rumbo al desarrollo. Por ello, además de la necesaria reducción del gasto público, otro pilar es una reforma tributaria que eleve la competitividad. Proponen rebajar la tasa de impuesto corporativo de 27% a 15% -que era la tasa que había en Chile hasta 2021- y reintegrar completamente el sistema, para que las empresas solo paguen por las utilidades retiradas.
“Esto no es nada nuevo, esto no lo inventamos nosotros, esto lo tenía Chile cuando crecíamos al 5%, cuando la productividad era positiva, cuando el desempleo, la pobreza y la desigualdad caían con fuerza”, afirma.
Plantean también reestablecer la invariabilidad tributaria del DL 600, pero para empresas extranjeras y locales y por 50 años. Además, proponen eliminar el impuesto a la herencia y las contribuciones.
Y el tercer pilar es la “eliminación de la burocracia asfixiante, mal llamada permisología”, que mantiene paralizadas inversiones, dice Espinosa.
Para implementar su plan económico están trabajando en distintos niveles. Primero con proyectos de ley que esperan presentar el 12 de marzo si llegan a La Moneda, pero también a través de decretos y cambios en reglamentos.
“Cuando comenzó el Gobierno de Javier Milei o el de Donald Trump, ellos tenían un cerro de carpetas con decretos que estuvieron firmando por horas. Asimismo, Johannes Kaiser no va a dormir el primer día de gobierno, porque va a estar 24 horas firmando decretos supremos que ya los estamos redactando, para partir desde el primer día”, afirma el jefe de su equipo económico.