El cierre del Gobierno federal en Estados Unidos no podía llegar en peor momento para la Fed. Los organismos encargados de las principales estadísticas de actividad económica anunciaron una pausa en la recolección de datos y publicación de reportes hasta que no se restablezca el financiamiento público.
Esto deja a la Reserva Federal, y al mercado, sin importantes insumos, en momentos de crecientes dudas de si acaso se justifica un ciclo de recortes consecutivos de tasas de interés.
Algunos reportes agendados para la semana del 6 de octubre abarcan cifras de balanza comercial, inventarios mayoristas, y el semanal reporte de subsidios por desempleo.
Es discutible el impacto que la falta de estos reportes causará en un mercado que parece dispuesto a desafiar cualquier amenaza de riesgo y extender las alzas.
Eso no implica que, a la ausencia de cifras oficiales, reportes privados y las intervenciones públicas de banqueros centrales capturen aún más la atención. Será el caso del índice de confianza de los consumidores de la U. de Michigan, que entregará su primera estimación para octubre.
Pero será la Fed, con la publicación de las minutas de su última reunión (miércoles 8 de octubre) y una conferencia de dos gobernadores, la que capture la atención. El jueves 9 de octubre, Jerome Powell inaugura una conferencia de banqueros centrales. Pero su mensaje será pregrabado. De igual forma, el mercado esperará alguna referencia al impacto que podría tener el cierre del Gobierno federal en la política monetaria. En la misma conferencia, la gobernadora Michelle Bowman sí responderá preguntas de los asistentes.
Datos regionales
La ausencia de datos en EEUU da más espacio para prestar atención a la agenda regional, que la próxima semana estará enfocada en cifras comerciales e inflación. Brasil, Colombia (lunes 6), Chile (martes 7) y Perú (viernes 10) reportarán sus balances comerciales a septiembre.
Pero son los datos de inflación los que generan más interés. Al igual que en EEUU, la inflación en Latinoamérica ha demostrado ser más persistente de lo previsto. Siguiendo pasos recientes de su par chileno, el banco central de Brasil postergó nuevamente la baja de la inflación a la meta de 4,5%. El emisor espera que la inflación se mantenga alta y solo llegue cerca de tal nivel hacia inicios de 2028. En México, un alza de la inflación subyacente fue comentada por los banqueros centrales en su última reunión, generando expectativas de una pausa en el ciclo de bajas de tasas.
En Colombia, las presiones inflacionarias han obligado al emisor de ese país a mantener la tasa de referencia en 9,25% desde su reunión de abril pasado.
Chile, Colombia (miércoles 8), Brasil y México (jueves 9) publicarán sus índices de precios de septiembre. Las expectativas son similares para los cuatro países, que se espera muestren un aceleramiento de la inflación, tanto en su medición general como subyacente. La excepción sería México, donde la variación mensual confirmaría una estabilización.
Por el contrario, para Brasil y Colombia se espera un repunte. Sin embargo, hay cierto optimismo hacia el mediano plazo. BBVA anticipa que la inflación se moderará hasta permitir recortes de tasa (hoy en 15%) a partir de inicios de 2026. Para Colombia, Oxford Economics confía en que las elecciones del próximo año lleven a la Casa de Nariño una administración que avance con la consolidación fiscal y esto ayude a una moderación de la inflación.
Para Chile las proyecciones del mercado apuntan a que el IPC registró una variación anual de 4,3% en septiembre y de 0,4% mensual. Las cifras se comparan con la tasa de 4% y la variación mensual nula de agosto. El Central insiste en que las expectativas de inflación a dos años se mantienen ancladas en torno al 3% meta. Pero, debería ser tema de mayor discusión la necesidad recurrente de postergar la convergencia a ese punto.
Los dejo con esta advertencia reciente de Alfredo Coutiño, de Moody’s Analytics, en su columna en DF: “La brecha de tasas ha sido negativa a lo largo del año, lo que indica que la política monetaria ya se adentró en la zona de neutralidad. La economía chilena no necesita más de la muleta monetaria para caminar sola”. 