Si consumes noticias de tecnología, es probable que en los últimos días te hayas cruzado con la palabra “banana”. Y sí, esa palabra está vinculada a Google (o Alphabet, como le dicen los inversores serios). Google es el creador de Nano Banana, un editor y generador de imágenes que, según la prensa especializada, en su última versión supera en velocidad y calidad a sus competidores.
Pero más importante que esto es el lanzamiento hace una semana de Gemini 3.0, su modelo más avanzado hasta la fecha y, de acuerdo a muchos estudios, una de las herramientas de IA generativa más poderosas de Silicon Valley. Le gana, con comodidad, de acuerdo a pruebas de rendimiento, a los últimos modelos de OpenAI y Anthropic.
Hoy, todo el mundo parece estar hablando de Google. Y eso se nota en el mundo de las inversiones. La acción de la compañía tecnológica, en sólo los últimos seis meses, ha subido -lean bien- más de 80%. Esto significa considerablemente más que rivales de peso como Microsoft (+2%), Amazon (+9%), Nvidia (+34%), Apple (+37%) y Tesla (+15%).
Este rally hizo que el pasado viernes Google pasara a Microsoft como la tercera compañía más valiosa de todo Estados Unidos. Y, de acuerdo a muchos analistas, a la firma le queda espacio para seguir aprovechando esta ola. Otros, en cambio, muestran dudas.
Relación deuda-patrimonio
Hagamos memoria. Hace apenas un año, Alphabet era visto como un gigante lento. La firma vio cómo OpenAI, con el apoyo de Microsoft, les pasaba por encima con ChatGPT. Sin embargo, han logrado recuperar terreno perdido. Su competidor Gemini ya es considerado un líder del mercado.
Pero no sólo eso. La compañía exhibe avances en todas sus áreas clave: acaban de lanzar un nuevo chip TPU que es 30 veces más eficiente energéticamente que su versión de 2018. Esto ayuda a mantener el ritmo de la demanda de cálculo para su IA justo cuando los chips de Nvidia enfrentan escasez y altos precios.
En paralelo, su negocio de conducción autónoma, Waymo, se ha expandido rápido, incluyendo autopistas y nuevas ciudades. El negocio de búsqueda sigue marcando ingresos récord, Google Cloud está firmando contrato tras contrato (el último fue con la OTAN esta semana). Y no olvidemos a YouTube, que sigue siendo la plataforma más grande de videos en el mundo, sin ninguna competencia.
Pero hay un dato técnico que marca la diferencia. Jorge Tolosa, operador de Renta Variable de la corredora Vector Capital, pone la lupa en la salud financiera: “Al comparar a Google con sus pares -Nvidia, Tesla, Meta, Microsoft, Amazon y Apple-, observamos que es la empresa que presenta la relación deuda-patrimonio más baja dentro de las ‘Siete Magníficas’ y del grupo de inteligencia artificial”.
Este dato contrasta fuertemente con la competencia. Según el experto, la solidez de Google se diferencia de “casos como el de Apple, cuyo ratio se sitúa entre el 200% y 250% (dos veces y media su patrimonio), o el caso de Oracle, que genera más dudas con una relación superior a cinco veces”.
Para Tolosa, esto explica el movimiento de los inversionistas: “Lo que estamos viendo es una rotación de flujos dentro del mismo sector de la IA hacia papeles financieramente más ‘sanos’, con mejores ratios de deuda”.
Aunque el sector aún es incipiente, dice Tolosa, las compañías con flujos de caja operativos sólidos y menor riesgo, como Google, serán premiadas por el mercado. “Hay que mantener una alerta sobre aquellas empresas que, aunque tengan proyectos prometedores y expectativas de rendimiento, operan con niveles de endeudamiento elevados, como Apple, IBM u Oracle”, sentencia.
¿Buen momento?
La pregunta que tienen muchos es si este es un buen momento para entrar ahora que Google está anotando alzas históricas.
Para Ignacio Mieres, head of research de XTB Latam, todo depende del horizonte de inversión: “Con este cuadro de crecimiento de ingresos de doble dígito, márgenes al alza y una generación de caja capaz de financiar un capex de más de US$ 90.000 millones anuales sin tensionar el balance, el argumento estructural a favor de la acción sigue siendo sólido”.
Sin embargo, el analista hace una advertencia sobre el precio actual: “Después de una revalorización superior al 80% en seis meses, el punto de entrada exige asumir que buena parte del ‘negocio de la IA’ ya está en precio”.
Y agrega la distinción clave para el inversor: “Para un inversor de largo plazo puede seguir siendo una apuesta coherente en el núcleo tecnológico de cartera, mientras que para un perfil más táctico el riesgo es que cualquier decepción en crecimiento de beneficios o en adopción de Gemini se traduzca en correcciones bruscas”.
Perdedores: Oracle y CoreWeave
Si Google es el ganador, ¿quién es el perdedor de la última racha? Mieres entrega una respuesta: “Oracle y CoreWeave son dos ejemplos claros: ambas firmas se han financiado agresivamente para levantar centros de datos y capacidad de cómputo, con emisiones masivas de deuda y crédito, y eso se refleja en un fuerte repunte de sus CDS (Credit Default Swaps)”.
El analista advierte sobre el riesgo crediticio que esto implica: “Ese deterioro de la señal de crédito, con los CDS alcanzando máximos de años, indica que los inversores empiezan a cuestionar la capacidad de estas compañías para seguir financiando un capex de IA tan intenso sólo con su generación de caja y sin comprometer la solvencia”.