El 9 de marzo era el día que todas las amigas esperaban. El cumpleaños de Pía Adriasola era una fecha importante, ya que en una época en que no existían los celulares esa era la instancia donde se ponían al día las compañeras del Colegio Los Andes de lo que habían sido sus vacaciones.
Siempre muy acogidas por sus padres, cuenta una ex compañera, este cumpleaños era sencillo pero entretenido. Debido a problemas laborales, la familia Adriasola -compuesta por ocho hijos del matrimonio Adriasola Barroilhet- tuvo que dejar su casa en Santiago para irse a vivir a una parcela a la zona de Puente Alto. Para llegar ahí, las amigas tomaban un bus en la Plaza Baquedano y eran recogidas por “el tío Fernando”, su padre, en la plaza de la comuna en la zona sur de la Región Metropolitana. Una de las actividades preferidas de todas era tirarse desde un sauce al canal y siempre veían a la “tía Teresita” trabajando para sacar adelante a su familia.
Pía era de las más mateas de su curso, la describen como una mujer con una gran determinación. Allí se hizo amiga de la exministra Marcela Cubillos. En tercero medio, Adriasola se cambió a las Monjas Francesas. En sus años escolares aprendió a tocar guitarra y chelo, y vendía dulces a sus compañeras de curso para ganar algo de plata.
Entró a Derecho en la UC, donde otra vez coincidió con Cubillos. En esa casa de estudios conoció a “Anton”, como le dice a José Antonio Kast, de familia alemana, personalidad estructurada.
La pareja pololeó y terminó varias veces durante la universidad, mientras él presidió la FEUC. En el podcast español Aladetres, que entrevistó al matrimonio Kast Adriasola en octubre de 2024 “sobre los secretos para mantener un matrimonio exitoso, cómo criar y amar a los hijos de manera adecuada, y cómo gestionar una familia numerosa”, Pía Adriasola reconoció que “odiaba a la política (porque) me robó a mi pololo”.
El año 90 se recibió como abogada y en 1991 se casaron. Eso sí, antes pasaron dos cosas: aprendió alemán -por iniciativa propia- para calzar mejor con la familia Kast, y JAK le prometió que dejaría la política para dedicarse a la empresa familiar. “Aunque en el fondo de mi corazón sabía que eso no sería así”, confiesa Pía en el podcast.
“¿Me dejarías ser candidato?”
Alcanzó a trabajar dos años como abogada independiente, con una amiga, “pero era muy difícil mantener ese trabajo y la demanda de los niños”, reconoció ella en esa misma conversación.
En 1996, con tres hijos nacidos y a la espera del cuarto, Kast le pidió permiso a su mujer para ser candidato a alcalde de Paine. Ella aceptó, pero exigió ser parte de la campaña. Así, cuando terminaban las tareas del hogar, a las 20:00 salían juntos a recorrer la comuna hasta las 2 am. Su casa se convirtió también en la sede del comando y ella era quien se encargaba de la comida.
Kast no ganó esa elección, salió segundo, asi que asumió como concejal de la comuna. Y desde ahí su carrera política no ha dejado de crecer.
En la siguiente elección ya tenían seis hijos, por lo que se dividieron los roles. “Ella era la ministra del Interior y yo el de Relaciones Exteriores”, confesó Kast al podcast español. Desde ahí Adriasola se ha dedicado mayoritariamente a su familia.
Para tener tiempo con sus nueve hijos, Pia Adriasola imitó una costumbre de su suegra: que la mesa del comedor esté todo el día puesta, así cada uno que iba llegando del colegio tenía tiempo para tomar té y era acompañado por su madre, así ella podía saber las preocupaciones de cada uno.
Una amiga de la infancia la describe como alguien “llena de vida” y “extremadamente sencilla”, que casi no se compra ropa, tiene los mismos muebles en su casa con los que se casó y la máquina lavavajillas casi no se usa porque prefiere que cada hijo lave su plato.
En esas dinámicas familiares, el matrimonio Kast Adriasola también ha decidido sólo tener un televisor en la casa, para incentivar a que los hijos se pongan de acuerdo al elegir una película; hacían turnos para irse adelante camino al colegio -todo anotado en una planilla-; y buscaban que ninguno durmiera solo, para aprender a convivir, algo que dice Adriasola en el podcast, después les ayudaría en la vida matrimonial.
La familia cerca
Hace algunos años la abogada invitó a su madre, de avanzada edad, y a su hermana mayor, con discapacidades, a vivir junto con ellos en su casa. Esta última vivía en una residencia con cuidados especiales, a la que su hermana la iba a ver casi todos los días. Incluso acomodó el auto para poder transportarla bien.
A Adriasola le encanta la música: en su adolescencia armó un coro parroquial en Algarrobo. Además le gusta jardinear, cocer y cocinar. Una de sus especialidades es el “queque familiar”, que lleva a cada una de las juntas con sus amigas y prepara para las ocasiones especiales. Durante la pandemia se dedicó a hacer pan de masa madre.
Una de sus iniciativas personales es la fundación Cuide Chile, que en su página web promueve tres valores fundamentales: el valor de la familia, la vida desde la concepción hasta la muerte natural y el derecho de los padres a educar a sus hijos. En ella, trabaja desde 2018 y una de las personas que la ha acompañado desde ese entonces es Carolina Araya, jefa de gabinete de Kast y hermana del diputado del distrito 11 Cristián Araya.
Durante esta campaña presidencial, aunque no ha tenido apariciones en medios, ha estado desplegada por la campaña de “su flaco” -como llama a Kast- en redes sociales. Lo acompañó en el lanzamiento en Antofagasta el 18 de agosto, al día siguiente estuvo en la región del Maule y ese mes pasó por Buin, Lo Prado y Puente Alto, principalmente visitando adultos mayores. El 15 de septiembre estuvo con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y para las Fiestas Patrias acompañó a su marido al Te Deum y a la Parada Militar. También ha acompañado a candidatos al congreso en sus campañas -Benjamín Moreno, Cristóbal García y Cristián Vial- además de volantear con su hijo, homónimo del padre, que compite en el distrito 10. En octubre lideró un encuentro con mujeres de Quillota donde la publicitaron como la “futura primera dama” y acompañó a la diputada Chiara Barchiesi y al candidato Arturo Squella.
Estos últimos días ha estado con su marido en Viña del Mar y en el cierre de campaña del Movistar Arena.
Desde su entorno dicen que no está para nada confiada en los resultados del domingo y aseguran que tienen conversado que esta sería la última postulación a la presidencia de “Anton”.