De Hijuelas a EEUU: el vivero chileno que aterriza en el Silicon Valley de la biotecnología
Hace un par de semanas Grupo Hijuelas concretó la compra de dos propiedades en Florida, marcando su desembarco en Estados Unidos.
Por: Mateo Navas
Publicado: Sábado 13 de septiembre de 2025 a las 21:00 hrs.

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Fue un acuerdo a puertas cerradas. El vendedor: la sociedad Progress Center Office Development. El comprador: Inversiones San Marcos LLC, constituida por el grupo chileno Hijuelas pocos días antes del cierre. El activo en juego: dos propiedades dentro de Progress Park, un distrito de 320 hectáreas en Alachua, al norte de Gainesville, Florida, que concentra oficinas, laboratorios y centros de manufactura para compañías de biotecnología y farmacéuticas. Algunos lo describen como el Silicon Valley de la biotecnología en la costa este de Estados Unidos. “El lugar tiene el típico ecosistema con cosas bien entretenidas para hacer networking”, dice al otro lado del teléfono Juan Ignacio Goycoolea Sone, gerente general del grupo e hijo de Gaspar Goycoolea Vial, presidente de la compañía.
La operación -asesorada por Colliers, concretada hace unas semanas con un monto confidencial- marca un hito para el conglomerado chileno fundado en los ‘60 por el hijo de inmigrantes japoneses Juan Sone Mizunuma. Hoy Grupo Hijuelas es uno de los principales viveros de berries y plantas ornamentales de América Latina. El salto a Estados Unidos abre la ruta de su internacionalización con dos nuevas filiales, Inversiones San Marcos LLC e Hijuelas Nursery LLC.
“Llegar a Estados Unidos constituye un escenario de ponerse pantalones largos y empezar a mirar desde otro mercado el mundo. Normalmente lo miramos desde Chile y ahora la idea es pararnos desde EEUU”, relata el timonel de la firma, sentado a un lado de su hijo.
Esta ofensiva internacional no se limita a Estados Unidos. A fines de agosto, Grupo Hijuelas inauguró un nuevo vivero en Querétaro, México, enfocado en berries. El objetivo es transformar a esos dos países en un polo estratégico para la expansión del grupo. El movimiento se suma a la integración anunciada el año pasado con Nueva Vid, vivero ligado al fruticultor Jorge Valenzuela, que permitió consolidar el mayor productor de plantas de arándanos de la región y ampliar la oferta a frutales mayores como uva de mesa, carozos y kiwis.
Hortifrut, Agroberries y el laboratorio
1969. Juan Sone Mizunuma. Hijuelas. Esas son las tres claves del origen del grupo homónimo, que hoy gestiona una red de empresas y es uno de los mayores propagadores de plantas de arándanos a nivel global. Pero detrás de esas coordenadas hay más historia. Sone, hijo de un agrónomo japonés, fundó en esa fecha un pequeño vivero de plantas de interior en la comuna de Hijuelas, en la Región de Valparaíso. El negocio creció de forma paulatina y recién a inicios de los 2000 dio un salto.
En ese momento, el empresario repartió la compañía entre sus dos hijas y la firma se dividió. Fue entonces cuando entró Gaspar Goycoolea, marido de Patricia Sone, con experiencia en el mundo agro y en el desarrollo de frambuesas. Bajo su gestión, el grupo se apalancó en el negocio frutícola y selló una alianza con Víctor Moller, fundador de Hortifrut, para quien comenzaron a producir variedades de arándanos y frambuesas, vínculo que se mantiene hasta hoy. Ese modelo permitió consolidar a Hijuelas como un actor clave en la provisión de plantas y en la expansión de la fruticultura de exportación. A partir de ahí, el crecimiento se extendió hacia otras variedades, sumando alianzas con familias del agro como los Vletter, de Holanda; Jorge Mohr, de Nefuen; y los Romero, de Agroberries, la segunda mayor comercializadora de frutos rojos del mundo.
¿Qué hace Hijuelas? Básicamente son un vivero que desarrolla, produce y comercializa plantas frutales y ornamentales. Es decir, generan las especies que luego abastecen a grandes productores y exportadoras. Para eso, es fundamental -dicen Gaspar y Juan Ignacio Goycoolea- la investigación en ciencia y tecnología. El corazón del negocio está en el laboratorio, o como lo llaman dentro de la firma, el Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación. Ahí se trabaja en propagación in vitro, testeo sanitario, trazabilidad genética, combinaciones de polinizantes y programas de mejoramiento varietal. Ese trabajo se complementa con el terreno: invernaderos y campos experimentales donde se validan y ajustan los desarrollos surgidos en el laboratorio.
Todo en familia
En la oficina, Juan Ignacio Goycoolea llama “Gaspar” a su padre. Afuera, simplemente “papá”. “Fuera de la oficina, papá, pero acá en el trabajo, Gaspar. Aunque en general me dicen GGV”, cuenta.
Esa es la fórmula que encontraron para mantener la distancia necesaria para sostener un negocio 100% familiar. Hace tres años, la familia reordenó su estructura y Gaspar Goycoolea dejó la gerencia general -cargo que ocupó durante un cuarto de siglo- para traspasarla a su hijo Juan Ignacio, de 34 años, ingeniero agrónomo, MBA y exvicepresidente del club San Luis de Quillota (donde fue cadete). Antes, él había estado a cargo del proceso de internacionalización. Su madre, Patricia Sone, lidera el laboratorio. Y en áreas satélite se ubican los otros hijos del matrimonio Goycoolea Sone: Gaspar Andrés, responsable de tecnología; y Vicente, quien vive en Osorno, encabeza el negocio de las plantas ornamentales.
Al interior de la familia leen casi como un destino su trabajo en el mundo agro: los dos apellidos del fundador están ligados a la tierra. Sone significa “raíz fuerte” y Mizunuma, “fuente de agua”. Hoy, tienen más de 1.200 trabajadores en Chile y en el extranjero 400. Más de 45 millones de plantas por año a nivel global y más de 1.000 hectáreas plantadas en distintos países.
Europa y África
A partir de la próxima semana comenzarán las obras de una de las propiedades en Estados Unidos para acondicionarla para uso propio. La adquisición, comentan ambos, se realizó gracias a una estructura financiera interna. “Hay alianzas con algunas familias, y todos los levantamientos de dinero son a través de la misma estructura de la compañía”, señala Gaspar. Y Juan Ignacio lo complementa: “No es con un fondo de inversión. Es 100% Grupo Hijuelas. Hacemos un plan de financiamiento, un mix entre capital propio y deuda”.
El objetivo de aterrizar en el país del norte es potenciar su área científica, pero también la producción y el área comercial. “Hoy gran parte de nuestra matriz de innovación la tenemos en Hijuelas. Y la idea con estos dos edificios en Estados Unidos es complementar esa matriz de innovación y hacer sinergia entre ambos lugares, con las alianzas, con las universidades, y poder empezar a hacer desarrollos de índole más tecnológico”.
“Y lo mismo se va a hacer en Europa”, complementa Gaspar. Efectivamente, están abriendo nuevas operaciones en el viejo continente y en África: Francia, Marruecos y Sudáfrica. Ya llegaron los primeros equipos a dichas locaciones.
“En Chile existe claramente un problema para invertir”
En términos productivos, inicialmente el foco es partir con el desarrollo de plantas de berries en EEUU. “Muchos de nuestros clientes o grandes empresas que han migrado hacia otros territorios, Estados Unidos es un mercado que nosotros tenemos que abastecer. Entonces estamos trayendo nuestra cartera de genética hacia ese país. Por otro lado, un poco después vienen los nuevos desarrollos que estamos haciendo en cultivos nuevos como el palto in vitro y otras especies frutales que también se integran dentro de esta plataforma”.
El principal desarrollo de producción en suelo, explica Juan Ignacio, seguirá en países como México y Perú. “Estados Unidos es importante en el mercado local y en la innovación. Para estar en las grandes ligas. Estar ahí nos va a dar otro aire y podremos acelerar muchos procesos”.
Todavía están en proceso de estructurar la gerencia NAM (North America), que incluye Estados Unidos y México, la cual es guiada desde Hijuelas, donde están los headquarters de la firma. “Tenemos todavía por delante unos cinco o seis meses para poder implementar el proyecto en su totalidad”, describe el gerente general.
Y proyecta: “Nuestra visión es poder convertirnos en la mejor plataforma para desarrollos agrícolas con presencia global y por eso hemos estado haciendo esta iniciativa de internacionalizarnos, para llegar a diferentes mercados y diversificar nuestras fuentes de propagación de plantas en distintos territorios. Y, lógicamente, para nosotros EEUU es un mercado grande, un mercado estratégico en el cual también gran parte de la innovación agrícola, presente y futura, va a venir de este país”.
- ¿Tienen esperanza en hacer negocios en Chile o están mirando más hacia afuera?
- Gaspar Goycoolea: Hoy en Chile existe claramente un problema para invertir, porque no hay reglas claras y no hay una unión entre las políticas públicas y las privadas. A diferencia de Perú, que da una sana envidia ver lo que hacen. Tienen como siete presidentes presos, pero la parte pública con la privada trabajan juntos y desarrollan todo el país. Es impresionante. Olvídate cómo nos invitan y nos llevan para allá. Y acá en Chile te ponen trabas. Chile necesita políticas claras de inversión a largo plazo, sobre todo en frutales, y en eso estamos fallando.

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