El martes de la semana pasada a eso de las 21 hrs, en una pantalla instalada en la casa de Tomás Bercovich, fundador de Global66, apareció David Vélez, fundador y CEO de Nubank. No era un video pregrabado. En vivo, y por casi 45 minutos, el emprendedor colombiano -cuya fintech bordea los US$ 76 mil millones en capitalización bursátil- habló y respondió las preguntas de los 17 fundadores de startup chilenas que estaban reunidos comiendo hamburguesas.
Estaban ahí por una razón: la Escuela de Liderazgo Democrático +ParaChile, que lanzó Vélez en el país, pese a que aún no tiene ningún negocio acá.
Porque lo que Vélez quiere a estas alturas de su vida -con un patrimonio que supera los US$ 15 mil millones, según Forbes- es cooperar con la región, según cuentan en su entorno, en dos temas principalmente: educación y democracia. Y para eso tiene comprometido donar al menos la mitad de su fortuna.

La carta compromiso
El 11 de marzo de 2021, David Vélez -el colombiano que creció en Costa Rica, estudió en Stanford, fundó el neobanco en Brasil y vive en Uruguay- firmó junto a su mujer, la peruana Mariel Reyes, una carta para unirse a The Giving Pledge, la iniciativa filantrópica impulsada por Bill y Melinda Gates y Warren Buffett para comprometer públicamente más de la mitad de sus patrimonios a causas benéficas.
“Siempre nos ha motivado invertir nuestro tiempo y energía en abordar problemas grandes y de gran impacto. Quizás esta necesidad venga de que los dos crecimos en América Latina, una región con mucho potencial, pero donde millones aún viven en la pobreza, con pocas oportunidades para crecer y desarrollarse plenamente”, aseguraron en la misiva.
“La vida es efímera: nuestra condición de mortales es innegable, y no podremos llevar nuestras posesiones adonde sea que vayamos a continuación. ¿Cuál es el punto de morir con demasiadas posesiones materiales cuando un gesto podría transformar radicalmente la vida de otra persona? (…) Creemos que después de cierto punto, la riqueza adicional no trae felicidad ni utilidad adicionales. Pero la satisfacción de construir una vida con propósito es infinita (…) Nuestra intención es crear un entorno familiar donde nuestros hijos reciban todo el amor y apoyo que necesiten y, al mismo tiempo, puedan sentir ese ‘sentido de desesperación’ que todo ser humano requiere; ese sentimiento de querer desesperadamente algo que nos falta, y que nos empuja a trabajar muy duro para conseguirlo”, aseguraron en la carta.
Con ese compromiso, la pareja creó la fundación VélezReyes+ y desde ahí, han ido fundando o apoyando desde la vertical de educación y la de democracia, distintas ONGs, en Brasil, Costa Rica, Perú, Colombia, Uruguay, Argentina y ahora Chile. A la fecha son 36.
El diagnóstico
En una conversación informal entre Vélez y el chileno Mario Solari -quien vive en Londres y por esos días estaba saliendo del fondo Génesis, inversionista en Nubank y donde había sido socio durante 10 años-, salió la idea de levantar una fundación enfocada en democracia en Chile. Solari tomó la misión de darle forma y junto a un equipo de VelezReyes+ dedicaron seis meses a elaborar un diagnóstico político y social del país.
Luego de centenas de reuniones con empresarios, think tanks, académicos y representantes del mundo civil, el informe dio cuenta de la gran necesidad de formar líderes democráticos en Chile: personas que independiente de su afinidad política tuvieran preparación, vocación de servir al país, ética y capacidad de diálogo.
En vez de crear algo desde cero, decidieron replicar la fórmula que antes había hecho en Brasil la fundación RenovaBR, apoyada también por VélezReyes+. Esta misma fórmula ya se ha desarrollado en siete países de Latinoamérica, en alianza con partners locales.
En agosto de 2024 llamaron a un concurso abierto a emprendedores sociales, centros de pensamiento y organizaciones de la sociedad civil que pudiesen ejecutar un proyecto de esas características. Así llegaron siete propuestas, entre ellas una alianza, por ejemplo, de Horizontal con Espacio Público. Y llegó Hernán Hochschild -ingeniero civil, master en Derechos Humanos y Política en LSE y presidente del directorio de Empresas B- con una hoja de ruta similar a lo que antes hicieron con Tenemos que Hablar de Chile, la iniciativa que se creó para generar diálogo durante el estallido social de 2019, al alero de la UC y la Universidad de Chile.
Y se lo adjudicaron.
El piloto
Valentina Rozas es la directora ejecutiva de +Para Chile, desarrollada en alianza entre la UC, la UChile y Democracia+ (de Vélez). En la junta directiva están Ignacio Irarrázaval, Verónica Figueroa, Magdalena Valdés, Mario Solari, Alejandra Mustakis, Pamela Díaz-Romero, Luciana Elmais y Hernán Hochschild.
El objetivo de la fundación es “preparar a personas para transformarse en candidatos políticos eficaces y representativos, con alta capacidad de diálogo y de lograr acuerdos. Para esto, buscamos inspirar, potenciar y conectar a personas de los más diversos orígenes, creencias y posiciones para hacer buena política”, sostienen en la web.
Con la mirada puesta en las elecciones parlamentarias de 2025, lanzaron a través de las RRSS y de las universidades una convocatoria para personas que quisieran formarse en política y proteger la democracia. En tres semanas llegaron más de 2 mil candidatos entre 18 y 78 años. De ellas se seleccionaron 100 personas, luego de una exhaustiva revisión de sus CV y redes sociales. Y se ajustaron para dar representatividad a todas las regiones, sectores políticos, géneros y también representantes de pueblos originarios.
El 16 de mayo los seleccionados comenzaron un programa de tres meses que tuvo el lanzamiento con un intensivo de tres días en San Felipe. Allí expusieron, entre otros, el exministro Sergio Bitar; la investigadora de IES Josefina Araos; la asesora narrativa Ximena Jara; el periodista Javier Peralta; el director del centro Nansen en Chile Alfredo Zamudio; el sociólogo Axel Callis, y el general (r) colombiano jefe de las negociaciones con las FARC Óscar Naranjo. Luego, dos clases online por semana. Y un cierre de otros tres días que se llevó a cabo del 18 al 20 de julio en las Majadas de Pirque.
De los 95 graduados de este primer programa, 28 resultaron candidatos al parlamento en las elecciones de noviembre.
Lo que busca la Escuela de Liderazgo Democrático es replicar la iniciativa dos veces al año para ir formando a un semillero de políticos, que vaya desde derechas a izquierdas.
Para eso Vélez tiene comprometido aportes anuales de US$ 250 mil.
La idea es que el presupuesto restante provenga desde diferentes personas, y no de un bloque ideológico ni empresarial. Por eso la comida con los founders del martes, quienes decidieron sumarse a Vélez y apoyar la causa de defender y fortalecer la democracia en Chile.
“Fortalecer la democracia es un desafío de todos, pero se hace muy poco. Hay que ayudar a formar y potenciar liderazgos democráticos preparados, en todos los sectores políticos. Este es un desafío para todo Latinoamérica”, concluyó Vélez ante los startuperos chilenos.