Por Leonardo Ruiz Pereira
“La gran deuda de Chile”, es la educación primaria, además de la salud, señala el último reporte de Competitividad Global elaborado por el World Economic Forum y difundido ayer en nuestro país por la Universidad Adolfo Ibánez.
Según el índice, Chile volvió a caer un puesto en el ranking mundial, al puesto 31 entre 142 país, y acumuló de esta forma un declive de nueve posiciones en los últimos cinco años.
Respecto de la educación, en específico, Chile aparece en el lugar 71 y el informe alude directamente a la coyuntura actual, destacando que la percepción sobre la calidad de la educación ha caído de forma constante desde 2008, lo que, además, se traduce en que Chile aparece “ubicado dentro del 15% de los países con peores indicadores en esta área”.
Aunque el reporte recoge un avance de Chile en cuanto a la educación superior y capacitación, advierte sobre la creciente pérdida de competitividad, que “viene mostrando en los últimos años la calidad de la educación en ciencias y matemáticas”.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, reconoció ayer que este tema es el talón de Aquiles de la competitividad económica chilena y admitió que persiste una brecha importante, aunque destacó que nuestro país no ha retrocedido en el índice de educación básica, sino que se ha mantenido en una posición relativamente estable.
El secretario de Estado, además atribuyó, en parte, la baja de Chile en el ranking general a la incorporación de tres nuevos países al ranking. “Estar 31 entre 142 de países es en términos relativos cerca de lo mejor que ha estado Chile”.
Vecinos al acecho
Pese a la caída, nuestro país sigue liderando la competitividad de Latinoamérica, como en años anteriores, pero otros países de la región mejoraron significativamente, como Perú, que avanzó seis posiciones al puesto 67.
Por eso, Larraín reconoció que las autoridades locales no pueden dormirse en los laureles. “Nuestra meta es ser un país desarrollado y sin pobreza para 2018. Hay que trabajar más y mejorar”.
Una de las categorías donde Chile mostró mayores avances fue en el entorno macroeconómico, donde dio un salto de doce posiciones respecto del año anterior al puesto catorce. En este sentido, lo más relevante fue que se revirtió la tendencia negativa que se venía registrando desde 2007.
Dentro de esta segmento, destacó el “balance presupuestario gubernamental como porcentaje del PIB”, que mejoró 51 posiciones y la “inflación anual”, en el que Chile tiene la primera posición junto a otros países.
Eficiencia e innovación
Los pilares clave para las economías impulsadas por la eficiencia, avanzaron o se mantuvieron. Éstas son las de tecnología y el tamaño del mercado. La eficiencia del mercado de bienes y laboral crecieron moderadamente, mientras el desarrollo del mercado financiero mejoró cuatro puestos, con respecto a 2010 (ver recuadro).
Mercado financiero rompe su racha negativa
En el desarrollo del mercado financiero, Chile mejoró en cuatro puestos con respecto a los resultados del año anterior. “Si bien el cambio no parece importante, la importancia la otorga el hecho de que rompió la tendencia negativa que venía presentando dicho pilar desde 2007 a 2010”, consignó el informe.
Los avances son consecuencia de la mejoría en la variable de “regulación y supervisión del mercado de valores”, el cual se elevó en nueve posiciones desde el reporte anterior. “La dispersión vista desde 2007 es preocupante, considerando la ubicación en 2010, en la que se alcanzó el lugar 104”.
Con respecto a otras variables, Chile retrocedió cuatro puestos en “facilidad de acceso al crédito” y uno en “solidez de la banca”, sin embargo, el país aún conserva un buen ranking relativo, sobre todo con respecto a la solidez de la banca donde se ubica actualmente en la posición número seis.
No obstante, los autores del informe subrayan que es preocupante para el desarrollo del mercado financiero chileno que el “índice de derechos legales” volvió a empeorar, ubicándose en el lugar 89. Este índice mide el grado en que los colaterales y las leyes de bancarrota protegen los derechos de los prestamistas y los prestatarios con la finalidad de facilitar los créditos, por lo cual esta variable es sensible para un adecuado desarrollo del mercado.