Chile quiere acabar en 2011 con
el uso de las bolsas de plástico para atajar el problema
medioambiental que supone la producción y el desecho de los 3.000
millones de embalajes de este tipo que se utilizan anualmente.
El consumo de bolsas plásticas en Chile asciende a 250
millones al mes y cerca de 3.000 millones cada año, según cifras de
la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama), que impulsa medidas
para acabar con ese despilfarro.
El año pasado, la campaña "Más ambiente y menos bolsas" marcó el
desafío de reducir el uso de embalajes convencionales por los de
tela o papel, que eran los comunes hace tres décadas atrás en
mercados y comercios.
Varios supermercados y tiendas por departamentos han aplicado medidas al respecto, entre ellos las cadenas de los grupos Falabella y Censosud,
y pusieron bolsas biodegradables a disposición de sus clientes sin
costo adicional.
Proyecto de ley
En paralelo con estas iniciativas discurre un proyecto de ley que
prohibirá a partir de 2011 la producción, importación, distribución
y venta de bolsas plásticas como medio de empaque de mercadería en
todos los establecimientos comerciales del país.
A principios de julio la Comisión de Recursos Naturales de la
Cámara de Diputados aprobó esta iniciativa, que aún ha de ser
discutida en la Sala y pasar por el Senado, explicó a Efe el
presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Roberto Sepúlveda.
Espera que esta norma pueda ser promulgada antes de fin de año,
ya que aúna el consenso no solo de todos los grupos parlamentarios,
sino también de los empresarios, agrupados en la Asociación Gremial
de Industriales del Plástico de Chile (Asipla).
En términos absolutos, una bolsa convencional cuesta unos $15
pesos, mientras que una biodegradable vale solo un
peso más, aunque Asipla ha recomendado a sus
asociados no trasladar ese incremento a sus clientes.