Por G. Cerda / m. Sánchez / a. pozo
Santiago / Ciudad de méxico
Se agudizó la controversia por el futuro de las seis medidas que han sido fuertemente criticadas por los gremios marítimos-portuarios de las ciudades de Valparaíso y San Antonio. Las entidades solicitan la eliminación definitiva de las iniciativas presentes en la agenda de Impulso Competitivo principalmente, las que generan mayor preocupación como la apertura del cabotaje nacional a la industria internacional y la posibilidad de realizar trámites aduaneros fuera de las ciudades puerto, las que a juicio de los trabajadores, atentan contra el empleo y la economía local.
La estrategia desplegada por el gobierno fue simple. Para frenar las movilizaciones anunciadas para el 14 julio, el Ejecutivo llamó a conversar a los representantes de los gremios, y tras una reunión con el intendente de Valparaíso, Raúl Celis, fue el propio ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, quien anunció que La Moneda postergaría las iniciativas y llamaría a conformar una mesa de trabajo.
No obstante el jueves pasado, fue el intendente Celis, quien anunció que definitivamente las medidas estaban eliminadas. “Desde este momento decidimos partir de cero y le damos la oportunidad a las bases que formulen los principios o medidas que van a regir el comercio exterior, lo que resulta evidente que eso implica bajar las medidas de la agenda de impulso a la competitividad que han sido cuestionadas por esos gremios”, explicó Celis.
Críticas a la agenda
Este anuncio fue ratificado por el senador Francisco Chahuán (RN), quien aseguró que tras una reunión con representantes de los gremios portuarios, “las medidas ya están bajadas y en definitiva hay que quedarse con la buena disposición que han tenido los gremios con los cuales hemos conversado y con quienes concordamos en mejorar la competencia de los puertos”.
Uno de los anuncios más esperados y que sirvió para descomprimir el enrarecido clima político, fue la puesta en marcha de la Agenda de Impulso Competitivo. Expertos afirmaban que con este paquete de 50 medidas, el gobierno debía dejar el sistema asistencialista y comenzar a asegurar el crecimiento potencial y dedicarse a mejorar la parte productiva. Pero la eliminación de estas seis medidas dio pie para cuestionar la efectiva aplicación de la agenda estrella del gobierno.
Las críticas hacia las 50 medidas han provenido de varios sectores, esto a pesar que el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, junto al subsecretario del ramo, Tomás Flores, han repetido en innumerables ocasiones los beneficios que traería para el desempeño productivo del país la implementación de esta agenda.
La respuesta del la cartera de Economía ante la controversia fue directa: declinó referirse al tema hasta no aclararlo con el presidente de la República.