En un mercado capturado por el pánico financiero, existían grandes expectativas por conocer la visión del Banco Central de Chile (BC) respecto al devenir de la economía internacional y chilena. Una primera lectura indica que la visión del BC es optimista. En efecto, para el año 2012, se proyecta un crecimiento de la economía mundial de 4% y de 4,5% para 2013. En relación con el precio del cobre, éste se situaría en los US$ 370 y US$ 350 centavos la libra en 2012 y 2013, respectivamente. Así, la reacción del mercado no se hizo esperar y la Bolsa de Santiago terminó subiendo 2%.
En materia de tasas de interés, el BC no validó las expectativas bajistas del mercado y sostuvo que, en el escenario más probable, la tasa de interés de política monetaria se mantendría en 5,25% durante los próximos 24 meses.
Por otro lado, en materia cambiaria, su visión es que el tipo de cambio en Chile aún está en torno a su nivel de equilibrio y que, por lo tanto, se mantendrá en torno a estos niveles.
Finalmente, respecto de los riesgos, el BC reconoce que estos están sesgados a la baja, principalmente, por los problemas de deuda soberana en Europa y el proceso de desapalancamiento que están experimentando los hogares y gobiernos. Un riesgo adicional es el reducido campo de acción para las políticas fiscales y monetarias.
En esta oportunidad, tiendo a compartir la visión del BC respecto tanto al escenario externo como al nacional. Creo que los mercados financieros han aumentado excesivamente la probabilidad de recesión en base a comentarios y rumores y no apoyándose en los datos del sector real que no indican recesión global. Es cierto, que los riesgos existen y el BC hace bien en advertir de estos, pero el escenario central sigue siendo de crecimiento.
Así, el escenario más probable es que efectivamente el país crezca en torno al potencial de 5% en 2012 y que el BC mantenga la TPM al menos hasta fines de 2012. En lo que sí discrepo es que si este es el escenario más factible, lo más probable es que veamos una apreciación adicional de la moneda chilena y que ésta termine desalineada de su equilibrio de largo plazo.